El clásico entre Brasil y Argentina por las Eliminatorias se empezó a jugar afuera de la cancha.
El día previo al partido circuló una versión de que la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria de Brasil (Anvisa) estaba presionando para deportar a cuatro jugadores de la Selección Argentina, luego Conmebol informó que existe un pacto firmado entre los diez países sudamericanos para respetar burbujas y demás.
Horas antes del partido, llegó la notificación oficial de Anvisa para deportar a Emiliano Martínez, Giovani Lo Celso, Cristian Romero y Emiliano Buendía.
La Policía Federal fue al hotel donde concentran Lionel Messi y compañía pero, finalmente, la Confederación Sudamericana intervino y presionó a Confederación Brasileña y el plantel argentino se trasladó completo al estadio. Los cuatro pueden jugar.