Publicado
hace 3 añosen
En el contexto actual en el cual vivimos, veo oportuna la aclaración y diferenciación de dos conceptos fundamentales. La globalización versus el globalismo.
Cuando hablamos de “globalización” hablamos de un término económico para denominar a lo que se ocupa del libre flujo del comercio, de las inversiones y de las transacciones entre individuos. En el plano mundial, la globalización es la que permite las interconexiones económicas y financieras entre naciones, y las empresas y personas que las conforman. Gracias a la globalización, los mercados traspasan las fronteras y, por ende, entes públicos y privados dan a conocer los bienes y servicios que ofrecen no solo en el territorio nacional sino también en el internacional. Esto último ayuda a que las economías de los países crezcan considerablemente, sumando como factor importante que los gobiernos no pongan trabas innecesarias para que los intercambios se den de manera fluida y continua.
Ahora bien, un término similar y que, entidades como el FMI (“Fondo Monetario Internacional” en castellano) no se preocupan en diferenciar, es el “globalismo”.
El globalismo, sin embargo, es una ideología política que impulsa la eliminación del Estado-nación para que éste sea sustituido por un gobierno único mundial, bajo el cual todas las naciones se regirán, teniendo una única constitución de leyes y que las decisiones económicas, sociales y políticas impacten igualmente en todas para beneficio de unos pocos.
¿Por qué al FMI le conviene que las personas no diferencien estos términos? La confusión entre globalización y globalismo, por más ridículo que suene, le conviene a esta entidad (una de las más poderosas para la estimulación de la aplicación del globalismo) para que las personas vean a la ideología como algo beneficioso para sus países, para que llamen la atención a sus gobernantes si no se adhieren a ella y, como objetivo final, para que sea más fácil que agendas como la del 2030 con sus Objetivos de Desarrollo Sostenible puedan ingresar y derrocar la soberanía de una nación.
¿Por qué es importante mantener la soberanía? El modelo de Estado-nación se caracteriza por:
Defender la soberanía de una patria es defender el derecho a la libertad de sus ciudadanos, es defender lo que les pertenece a ellos, es evitar que ideologías perversas ingresen como si nada y pretendan destruir el orden.
Por si fuera poco, el globalismo tiene la agenda bien marcada y avanzando a pasos agigantados, en nuestras propias narices y muchos no se han dado cuenta aún. El globalismo tiene 3 pilares fundamentales para cumplir con el objetivo principal de crear el gobierno único y, hacen creen que esos 3 pilares son problemas que ningún Estado ni gobernante es capaz de solucionar sin la intromisión de dicha agenda:
Según ellos, son cuestiones que afectan a todo el mundo y que las naciones por su parte no pueden resolver nada sin unirse todos bajo una misma sintonía. Por ello, invito a las personas a que paren la oreja cuando se habla de estos temas, porque son explicados con puros eufemismos para seducir el oído de las sociedades cuando en realidad el fin de cada uno es nefasto.
Básicamente y en resumen, todo se trata de la reducción de la población, para un mejor control y poder llegar al gobierno único, también denominado “Nuevo Orden Mundial”; y la Agenda 2030 es un plan vilmente creado y con 17 objetivos con sub-objetivos bien precisos, solo es cuestión de ponerse a investigar ya que todo esto está frente a nuestros ojos.
Aclarando un poco esos 3 ejes mencionados para cumplir con la meta final, lo que no te dicen es que:
Algunas de las entidades promotoras de esta ideología perversa del globalismo son: la ONU (Organización de Naciones Unidas), FMI (Fondo Monetario Internacional), la Open Society Foundation (de George Soros, un nombre que resuena cuando se habla del aborto), la Fundación Rockefeller, y los medios “informativos” que son funcionales a globalistas y solo emiten noticias cuando se trata de impulsar la agenda.
Una vez más invito a que paremos la oreja, leamos la letra chica y abramos los ojos. Quien ama a su país tomará con pinzas cualquier cosa que quieran introducir a nuestras espaldas, estará atento a lo que deciden o dejan de hacer las autoridades y defenderán a capa y espada la Constitución Nacional.
Respecto a este tema hay mucho más por abarcar pero también quisiera que las personas abran, no solo los ojos, sino sus alas para investigar e informarse. Hoy tenemos la libertad de hacerlo.
El Globalismo y la Pirámide de Kelsen
Solo existen dos partidos a nivel mundial: globalistas del Gran Reinicio y anti-globalistas del Gran Despertar. Por Alexander Dugin
Inclusivos, pero no tanto
El origen globalista del aborto
La modernidad líquida de Zygmun Baugman y Woody Allen
Una reflexión desde Nueva York