Las aguas se calmaron, pero apenas un poco. La práctica del viernes, en la cual Ángel Romero le entró con vehemencia a Andrés Herrera provocándole la fractura del peroné de su pierna izquierda durante un ejercicio táctico de ataque – defensa, dejó secuelas El malestar que hay dentro del plantel para con los mellizos, que viene de arrastre por otros conflictos que los tuvieron como protagonistas, pero que se potenció al lesionar al juvenil lateral, quedó expuesto en una historia de Instagram que publicó Fabricio Coloccini.
Puertas adentro, los ánimos son similares más allá de la función. Soso ya se había mordido la lengua cuando los Romero se negaron a regresar a Argentina a tiempo y terminaron sumándose a las prácticas un mes después, lo ocurrido con el correntino de 21 años fue la gota que rebalsó el vaso.
En la mañana de este sábado, antes de que comenzara el entrenamiento, el entrenador juntó a todo el plantel para charlar. Sus palabras fueron fuertes, firmes, sin dejar demasiado lugar a la interpretación. Su mensaje fue que no iba a permitir este tipo de situaciones y que, si ocurrían, no iba a ser gratis.
El mensaje de apoyo de Coloccini a Herrera.
Eso ocurrió con Ángel Romero y tuvo que pagar por su actitud. El delantero se entrenó diferenciado, apartado del resto del plantel que llevó adelante una práctica de fútbol. ¿Por cuánto tiempo seguirá está situación? La idea de DT, quien ayer ya le había recriminado al guaraní que era “innecesario” cómo le había ido a Herrera, es que, en principio, durante algunos días trabaje separado del grupo como escarmiento.
En la práctica estuvieron presentes algunos dirigentes pero no Marcelo Tinelli. También, como es habitual, Acosta, Romagnoli y Tocalli, siguieron todo lo que pasaba en el entrenamiento.
En Boedo esperan, ahora sí, que el humor cambie. Que todos bajen un cambio, que Herrera se recupere lo antes posible (la semana próxima le harán estudios para confirmar si es necesario que se someta a un intervención quirúrgica) y que todo esto quede como un mal trago.