La crisis sanitaria desatada por el Covid-19 tuvo
consecuencias inesperadas para distintos gobiernos y Paraguay no es la
excepción.
En nuestro país, el tiempo que la gente tuvo para informarse y reflexionar acerca de aquellas cosas que están mal, los llevó a darse cuenta, en la mayoría de los casos, las desigualdades del sistema imperante en nuestra nación.
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Así fue que, en la urgencia por distraernos, aparecieron
sobre la mesa diferentes proyectos de ley, resoluciones y una larga lista de
etc, donde la casta política, en busca de una épica inexistente, se “pone el país al hombro”, donando
partes de sus dietas a la lucha con el mal que afecta al mundo. Pues bien, ya
es tarde, la gente ya no va a aceptar dádivas, la gente quiere, la gente exige
medidas de fondo y de forma inmediata.
Entre quienes presentaron proyectos de ley, están los
diputados Kattya González y Basilio “bachi” Nuñez, pero ya es tarde, la agenda
la empezó a escribir la gente. Los comunes asumieron el rol de contralor que
ningún poder del estado (ni la prensa) asumió cuando es esa una de sus
funciones. La gente exige justicia y no donaciones, quiere la eliminación de
los privilegios y no por el tiempo que dure la crisis del corona virus, quiere
que desaparezcan para siempre.
¿Tenemos noción del costo anual de mantener Parlasurianos,
Juntas departamentales, clanes familiares, el reparto de las multas impuestas
por los organismos, planilleros y demás? Son miles de millones de guaraníes que
no se destinan correctamente; son miles de millones de guaraníes que faltan en
salud, seguridad y educación; pilares fundamentales de cualquier sociedad
civilizada.
Sin dudas que este no es el mejor momento en términos de movilización, pero es una idea que no debe desaparecer junto con esta pandemia, debemos exigir todos los días no ya el recorte, sino la desaparición definitiva de los beneficios exagerados, obscenos de la clase política, toda otra política contraria a esta realidad debe ser “castigada” por el electorado, debemos buscar y apoyar nuevos líderes para esta reforma, de lo contrario, sucederá lo que adelantó el escritor español Arturo Pérez Reverte: “En un mundo sin líderes, cuando esto pase y lleguen las consecuencias habrá negocio para demagogos, oportunistas y canallas. Algunos ya están ahí, frotándose las manos. Todas las dictaduras que recuerdo empezaron con alguien que entre las ruinas de algo prometía pan y seguridad”.
ND