Aquellos que peinamos algunas canas, aún recordamos las
primeras versiones del sistema operativo Windows, el célebre Windows 3.1; uno
de los primeros (si no el primero) que traía entre sus nuevas funcionalidades,
el famoso “Multitask”, o multitarea hablando en lengua vernácula.
Lo atractivo de este sistema operativo era que por primera vez teníamos la posibilidad de realizar varias tareas a la vez, o al menos eso nos mintió Bill Gates en la presentación; puesto que este sistema era altamente propenso a “tildarse“ y a dejarnos en una peor situación que al comienzo (generalmente olvidábamos guardar los cambios al archivo de trabajo), perdiendo todo aquello por lo que estuvimos trabajando hasta ese famoso mensaje de error: “An exception has occurred”, “you will lose any unsaved information in all aplications”.
Esta analogía, es lo más similar que se me cruza al pensar en lo que nos ocurre con el presidente Mario Abdo, quien por una deformación profesional (estudió Marketing en los EEUU), piensa que todo pasa a través de las imágenes, que los políticos (y la política) son solo un producto que se debe vender a los “consumidores”; entonces, en forma constante se muestra “en movimiento”, en “mangas de camisa” para dar la imagen de estar más cómodo mientras trabaja, «cortando cintas» (aunque se trate de una rotonda o de un sencillo cajero automático) y así cada día, mientras observamos impávidos como como el «error de sistema» nos deja sin eso por lo que vinimos trabajando.
Pues bien, es tiempo de asumir el error señor presidente, no
somos consumidores y si somos ciudadanos, y usted (y sus ministros) no es un
producto y si un servidor público, empleado de los ciudadanos, es por eso que
deba darnos soluciones no lindas fotos.
En los últimos tiempos, uno a uno sus ministros fueron cuestionados con fundadas razones por “la gente”. Ministros sin idoneidad para el cargo, ministros acusados en el extranjero de recibir coimas, ministros que no ven cuando más de setenta presos escapan por un portón de una penitenciaria, ministros que gastan miles de millones en “bocaditos” mientras no hay agujas en los hospitales o ministros que echan de su gabinete a un funcionario por el solo hecho de trabajar; si, sé que esto último suena loco pero créame señor presidente, es verdad.
Son muy lindas las fotos en las que exhibe todo lo que “hace”, pero tanto tiempo dedicado a eso le quita tiempo para lo importante, gobernar. Ese es su único trabajo, decidir hacia dónde vamos y quiénes son los marineros del barco que usted capitanea. Hasta hoy, desde mi humilde punto de vista, no lo logró, y recuerde que solo el capitán se hunde con el barco.
Pablo Milanés cantó alguna vez: “El tiempo pasa y nos vamos poniendo viejos” y mientras su tiempo como presidente pasa, insisto, funge de todo tipo de cosas menos de presidente, señor presidente. Es tiempo que lo haga, que patee el tablero y cambie a todos sus ministros y nombre personas idóneas en el cargo, si tenía favores que pagar creo que ya lo hizo.
Piense en el presente de quienes habitamos este bendito suelo y piense, también, en la historia señor presidente, ella es muy larga y cruel como para arrastrar un mal concepto de su persona.