Tal como les prometí en mi entrega anterior, hoy abordaremos lo referido al nuevo “concepto de seguridad estratégica” de la OTAN, el cual, surgió a raíz de la más reciente cumbre celebrada en Madrid de 2022. Entre las novedades más relevantes de esta cubre, vale destacar que estuvo marcada ante todo por la invasión de Rusia a Ucrania con lo que ello ha generado a escala regional como mundial, en segundo orden de ideas, por la posible incorporación definitiva de Suecia más Finlandia a la organización y como tercer aspecto, justamente lo referido al precitado concepto.
Concretamente sobre el concepto en cuestión, se trata de un documento de once páginas que contempla cuatro grandes puntos, a saber: “objetivos principales”, “ambiente estratégico”, “tareas centrales” (el más amplio de todos y compuesto por 27 puntos) a su vez desdoblado por tres sub-aspectos, tales como “disuasión y defensa”, “prevención y manejo de crisis” además de “seguridad cooperativa” y; finalmente “asegurando el éxito continuo de la alianza”.
Más allá de la estructura formal del documento, es decir, lo que concierne al análisis de fondo de éste, es importante señalar que en términos generales –y como habitualmente ocurre en este tipo de textos- el mismo se centró en los artículos N° 5 y 10 del Tratado de la OTAN, es decir, básicamente reiterar en la seguridad además de la paz y la estabilidad internacional con especial atención a los países de la organización que representan un billón de ciudadanos. En crudo, defender la libertad y la seguridad de los países aliados apalancados en la defensa colectiva.
Ahora bien, ¿cuál es la novedad de la nueva versión? Si bien es cierto que dentro de los aspecto novedosos del documento es su énfasis en temas referidos al “cambio climático”, “seguridad humana y mujeres” como “derechos humanos”, el corazón de lo nuevo es su referencia directa a la Federación Rusa como su aliada Bielorrusia, así como también a la República Popular de China (RPC), además, la cercanía entre las precitadas potencias, asumidas como amenazas a la paz y la seguridad de los países de la OTAN.
En el caso de Rusia, las acusaciones no sólo son directas, sino poderosamente graves, pues, es acusada de emplear mecanismos digitales para –entre otras casas- interferir en procesos democráticos, instituciones como sectores de ciudadanos mediante el uso de tácticas híbridas, igualmente la responsabilizan de incurrir en “actividades con conducta maliciosa en el espacio y el cyber-espacio, promueve campañas de desinformación, instrumentaliza la migración, manipula suministros de energía y emplea la coerción económica (…) La Federación Rusa es la más significante y directa amenaza a los Aliados en seguridad, la paz y la estabilidad en el área Euro-Atlántica”.
Pero no todo queda allí, en similares términos hostiles se refieren a la RPC, veamos brevemente: “La RPC emplea un amplio rango de herramientas políticas, económicas y militares que incrementan su huella global y proyecto de poder, mientras permanece opaca su estrategia e intenciones de acumulación militar. Las operaciones híbridas y cibernéticas maliciosas de la RPC y su retórica confrontacional apunta a los Aliados y daña la seguridad de la Alianza.”Más adelante, subrayan que la alianza o coligación sino-rusa, atentan contra la base internacional, el orden, como los valores e intereses de los miembros de la OTAN.
Adicionalmente, acusan a Rusia de “erosionar el control de armas, el desarme y la no proliferación de armas”, así como también, señalan que “la RPC rápidamente expande su arsenal nuclear y desarrolla sistemas de lanzamiento cada vez más sofisticados”, ambos aspectos en franca confrontación con los objetivos y políticas de los países miembros de la OTAN.
Para cerrar y haciendo en esfuerzo englobador, este nuevo “concepto de seguridad estratégica” de la OTAN en crudo nos retrotrae a la época de la Guerra Fría, donde nuevamente el mundo libre (hoy conformado por las débiles democracias Occidentales) se enfrenta ante un enemigo: la coligación sino-rusa y sus aliados satélites diseminados en todo el planeta. Avizoro tiempos de hostilidad y de fuertes tensiones entre ambos bloques que probablemente chocarán indirectamente en múltiples dimensiones por un tiempo prolongado, donde el conflicto en Ucrania marca el inicio de esta nueva y peligrosa era de la historia de las relaciones internacionales.