Estuve pensando en la masacre de niños y adolescentes paraguayos con sus familias, en los campos de Acosta Ñú, el 16 de agosto de 1869 durante la Guerra contra la Triple Alianza.
No fue una batalla, fue genocidio.
3.500 niños y sus familias murieron a manos del ejército imperial brasileño de 20.000 hombres. Sin sobrevivientes. El Estado los empujó a la muerte.
En la página oficial de la Agencia de Información Paraguaya (IP), el día de ayer 24 de noviembre del corriente año, se publicó la siguiente información:
“Presentarán primer acuerdo de transformación educativa el próximo martes” (30 Nov de 2021). Y a continuación se aclara: “El Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) lanzó este miércoles el Congreso Nacional de Transformación Educativa, que apunta a renovar las políticas educativas de nuestro país.”
Me preguntaba qué nombre darle a la aniquilación masiva de familias, y me encontré con la palabra “Familicidio”.
El soldado voluntario brasileño, Dionisio Cerqueira, testigo presencial de esa matanza, escribió en su diario personal: “Nos causaba gran pena por el abultado número de soldaditos cubiertos con sangre y sus piernitas quebradas, algunos de ellos ni siquiera habían llegado a la pubertad. ¡Cómo eran valientes aquellos pobres jovencitos! y que terrible era la lucha entre la piedad cristiana y el deber militar. Nuestros soldados decían que no tenía sentido luchar contra tantos niños”.
La contumacia convertida en política de Estado, a punto de volverse realidad con este anuncio del MEC. La destrucción de la familia por el Estado paraguayo.
La psiquiatra Freddy Vázquez Gómez, Jefa de Prevención del Suicidio del Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado-Hideyo Nogochi del Perú, definió “Familicidio” de esta manera:
“Cuando el esposo mata a la esposa y luego se suicida, cuando asesina a sus hijos y luego se suicida, o la madre asesina a sus hijos y luego se mata, si uno ve en forma conjunta este problema se denomina Familicidio”
Si el Ministro de Educación y Ciencias, logra la aprobación del “Acuerdo de Transformación Educativa” el próximo martes 30 de noviembre, las futuras generaciones lo recordarán como el “Acosta Nú 2021, FAMILICIDIO ESTATAL”.
Muerte de las familias en manos del Estado Paraguayo, con el veneno de la Perspectiva de Género.
La mayor hipocresía de los Gobiernos siguientes, será festejar el Día del Niño o la familia.
Fuente: RCC