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3 años agoon
En un espacio que tuve en Twitter hace unos días comenté sobre la increíble prosperidad económica de Singapur, y una de las personas que participaban me preguntó ¿Cómo hacemos para convertir a Paraguay en Singapur?, y la respuesta es obvia, hacer las mismas cosas que hizo Singapur, para dejar de ser una pequeña isla pobre con pocos recursos naturales y convertirse en uno de los países más ricos del mundo, apenas en 50 años.
No en vano, entre 1976 y 2014, Singapur creció un 6,81% anual. Pero lo mejor es que su futuro puede llegar a ser aún más prometedor, ya que se prevé que siga ocupando los primeros puestos hasta el año 2050, con una renta per cápita que superaría los $130.000 US$.
En 1959 El PIB per cápita de Singapur apenas alcanzaba los $500. Poco tiempo después se creó la Junta de Desarrollo Económico para diseñar e implementar una serie de medidas económicas apostando por el sector secundario, iniciando una próspera etapa de industrialización.
Esta visión se vio recompensada en los años 70, al lograr atraer capital extranjero de compañías petroleras y convertirse en uno de los mayores centros de refinado de petróleo del mundo (O sea ellos ni siquiera tienen petróleo). En la actualidad, Singapur es uno de los líderes mundiales con una multitud de industrias que realizan trabajos de alto valor agregado, como es el caso de la industria petroquímica.
En realidad no hay mucho “secreto” en todo esto. Los países ricos tienen básicamente cuatro pilares principales para generar prosperidad económica:
1. Tienen un altísimo grado de libertad económica y poquísima (o nula) intervención del Estado.
2. Tienen una muy baja presión fiscal y un reducido tamaño del Estado.
3. Respeto irrestricto de la Propiedad Privada.
4. Baja corrupción estatal.
Siguiendo con el ejemplo de Singapur, si tuviéramos que explicar cuál es la clave principal de su éxito, de la forma más breve posible sería, sin duda, su altísimo grado de libertad económica.
¿Qué es la libertad económica? Es la posibilidad que tenemos las personas de trabajar, producir, vender, comprar e intercambiar bienes y servicios, de forma voluntaria sin que otros nos lo impidan o limiten, para satisfacer nuestras necesidades y las de nuestros seres queridos, buscando mejorar nuestra calidad de vida.
Dicho de otro modo, el Estado no se mete con el libre comercio de la personas, no inventa “entes reguladores”, no controla precios, no exige trámites burocráticos ni cobra tazas, entre otras cosas.
Según el prestigioso ranking elaborado por la Heritage Foundation sobre Libertad Económica, Singapur ostenta el primer puesto en todo el mundo. Los 5 países con mayor libertad económica del mundo actualmente son:
1. Singapur
2. Nueva Zelanda
3. Australia
4. Suiza
5. Irlanda
Actualmente, Paraguay está en el puesto 84 de 178, es decir estamos más o menos en mitad de tabla tendiendo un poquitito hacia los países más libres. En este punto no estamos tan mal.
Entonces, si queremos que Paraguay sea rico como Singapur, lo primero que hay que hacer es lograr que el estado no se meta en la economía y así aumentar la libertad económica.
La libertad económica de Singapur resulta evidente por dos aspectos concretos de su economía: la baja presión fiscal y el reducido tamaño del Estado. Y eso sucede, básicamente porque tienen un Estado Pequeño
En nuestro país. el dinero se usa más o menos así: un poco para pagar funcionarios públicos, otro grupo para pagar gastos fijos (Alquileres, luz, agua, etc) y otra cantidad para pagar la ostentosa vida de los políticos y todos sus privilegios. Cuando pagaste todo ese gasto público, lo que te sobra, en el caso de Paraguay, es aproximadamente el 10% del presupuesto total, que es lo que se utiliza para hacer inversiones en el país, como por ejemplo rutas, mejoras de hospitales públicos, etc.
Pero volvamos a lo que sí importa. Bajos impuestos y Estado chico son hermanos inseparables. En Paraguay el peso del Sector Público es del 11% del PIB, mientras que en Singapur el peso del Sector Público es solo del 5% del PIB.
Paraguay cuenta con una población de 7.045.000 habitantes y un PIB de 38.150.000.000 USD. Así que con una carga fiscal de 12,2% el Estado recauda 4.654.300.000 USD. En cambio, Singapur con una población de 5.704.000 habitantes posee un PIB de 372.100.000.000 USD, y con una carga fiscal del 13,2% el Estado en Singapur recauda 49.117.200.000 USD. Dicho de otro modo, Singapur con una población inferior a Paraguay tiene más de 10 veces la cantidad de dinero para satisfacer las necesidades de sus ciudadanos.
Pero, antes que aparezcan los empobrecedores de siempre, es importante destacar que lo que hay que hacer es aumentar el PIB, generando más riqueza en el país, no aumentar los impuestos.
Los países ricos son capitalistas y por lo tanto tienen un gran respeto a la propiedad privada. Según la Organización International Property Rights, los 5 países que más respetan la propiedad privada son:
1. Finlandia
2. Suiza
3. Singapur
4. Nueva Zelanda
5. Japón.
Paraguay se encuentra el puesto 102 de 129 en el Ranking del respeto a la propiedad privada algo que no sorprende si en Paraguay los algunos senadores tienen que pedir mayores penas a los invasores de tierras que son amparados por sus propios colegas.
Otro de los factores clave que ha contribuido a la riqueza de Singapur es su política de tolerancia cero contra la corrupción. Singapur es uno de los países con menores tasas de corrupción del mundo. La reducida discrecionalidad del gasto que tienen los burócratas, el reducido tamaño del Estado y sus estrictas leyes en esta materia han hecho que Singapur sea también un país de referencia en este ámbito a nivel mundial.
La lista de los 5 países menos corruptos del mundo son:
1. Dinamarca
2. Nueva Zelanda
3. Finlandia
4. Singapur
5. Suecia
Nuestro querido Paraguay se encuentra en el puesto 141 de 180, una vez más, estamos fuera de competencia.
¿Cuál sería lo mejor manera de combatir la corrupción en Paraguay? Pues aquí la respuesta es clara, hacer que exista menos dinero disponible para los Políticos. Bajando los impuestos y achicando el estado (menos ministerios, menos funcionarios públicos, menos asesores, etc.) y, también, exigiendo que la justicia funcione y castigue a los que malversan el dinero público.
En este vídeo tomamos como referencia a Singapur, ya que está considerado como uno de los países más prósperos del mundo. Pero eso no significa que ellos no tengan problemas. Tienen grandes restricciones en los derechos civiles, libertad de expresión, penas carcelarias por cosas ridículas (como comer chicle), y muchas cosas más. Por lo tanto, es importante aclarar que la idea era mostrar qué cosas hicieron los países más ricos para volverse ricos, y no analizar otros aspectos que podrían ser cuestionables.
Y cierro con esta frase de Milton Friedman. “No hay que copiar lo que hacen los países ricos una vez que son ricos, sino lo que hicieron para llegar a ser ricos”