En la parte sur del continente americano, existe un
particular país mediterráneo, y digo particular porque se trata de un país que
alberga tres repúblicas. Si, así como lee, un solo país que se divide en tres
repúblicas.
En el país viven algo más de 7 millones de habitantes, de
los cuales al menos dos millones viven en la miseria absoluta; luego, en el
segundo grupo encontramos algo así como cuatro millones de habitantes que se
reparten entre obreros, empleados y dependientes. Enseguida nos topamos con una
minoría de habitantes que ronda el millón de personas, estos son: la clase
media, los ricos y, nunca faltan, los muy ricos.
Hasta aquí todo normal, se parece a la descripción de cualquiera de los países subdesarrollados de la región, pero no; dijimos que Paraguay, el país, contaba con algo más de siete millones de habitantes y solo describimos la situación de siete millones, ¿Por qué? Porque ese algo más no vive en Paraguay, vive en las otras dos repúblicas que conviven con Paraguay, son las repúblicas de Itaupú y Yacyretá.
Estas repúblicas, por cierto, inauditables, son las únicas
dos repúblicas que escaparon al subdesarrollo de la región, son repúblicas del
primer mundo, con estándares de vida y, por supuesto, salarios acordes a su
situación.
La república de Yacyretá, es presidida por Nicanor Duarte Frutos; quien recibe por su inestimable colaboración con esa república un salario de cien millones de guaraníes el triple de lo que percibe el presidente de la República del Paraguay. De hecho, el chofer de Duarte Frutos, percibe por sus servicios en la república de Yacyretá algo así como cincuenta millones de guaraníes, prácticamente el doble que Mario Abdo Benítez.
La otra república, la república de Itaipú ha sido aún más
beneficiada que las otras dos repúblicas. Su presidente, Ernest Bergen, percibe
un salario de ciento diez millones de guaraníes y hasta se puede dar el lujo de
recibir embajadores de la república del Paraguay, entre los embajadores
paraguayos destacados en la república de Itaipú, encontramos a la esposa del
Senador Ovelar, quien recibe un salario que ronda los ciento diez millones de
guaraníes.
Si bien la brecha entre la subdesarrollada república del Paraguay y sus primermundistas repúblicas vecinas, Yacyretá e Itaipú, es muy grande, hay que reconocer la generosidad de estas últimas; puesto que, eventualmente, sienten conmiseración por la república del Paraguay y, en un acto de magnanimidad, donan motos o ambulancias y alguna que otra obra que los paraguayos agradecen infinitamente.
¿Qué nos queda? No mucho, agradecer a las repúblicas de Yacyretá e Itaipú la generosidad con que buscan disminuir nuestras necesidades.
ND