La jefa del equipo de asesores del presidente chileno Gabriel Boric, Lucía Dammert, renunció a su cargo este jueves después de estar siete meses al frente de la jefatura de asesores de La Moneda, donde coordinó los lineamientos del Ejecutivo en materia de estrategia, contenidos y seguimiento de las políticas de Gobierno.
Según medios locales, su paso al costado se debe a “desavenencias profundas” con el círculo más cercano al presidente, en especial con su jefe de gabinete Matías Meza-Lopehandía, algunas diferencias con la ministra de Relaciones Exteriores, Antonia Urrejola, y porque su figura se había “debilitado” tras el cambio de gabinete del 6 de septiembre, con la llegada de los sectores más moderados al Gobierno de Boric.
Lo concreto, es que durante más de un año Lucía Dammert figura en los radares del FBI y la DEA de Estados Unidos por su estrecha relación con Genaro García Luna, ex secretario de Gobernación de México durante el gobierno del presidente Felipe Calderón (2006-2012). García Luna fue detenido a mediados de 2019 en ese país y enfrenta actualmente una investigación de la fiscalía federal con sede en Brooklyn, Nueva York.
Y es en este contexto que el FBI notificó a Lucía Dammert para presentarse como testigo, a lo cual ella habría accedido de manera voluntaria. Esto porque ella fue una de las asesoras más estrechas de García Luna e incluso escribió junto a él varios libros sobre reforma policial y temas de seguridad. En la versión en inglés de su currículum en la red LinkedIn, ella misma destaca que fue “senior adviser” (alta asesora”) del ex ministro de Gobernación.