Ron DeSantis, gobernador de Florida, anunció la suspensión del fiscal electo de Tampa, Andrew Warren, por defraudación a su cargo público y por denuncias de financiación ilegal.
En los últimos tiempos, el fiscal había hecho pública su intención de no perseguir legalmente a los médicos acusados de brindar abortos clandestinos o de brindar cirugías de cambio de género, dos prácticas que fueron prohibidas por la Legislatura en Florida.
DeSantis también presentó pruebas de que Warren liberaba delincuentes o daba sentencias laxas a criminales afroamericanos, lo cual justificaba con teorías legales vinculadas a la “justicia social y racial“, un precepto que no existe en las leyes estadounidenses.
Warren, un fiscal demócrata re-electo recientemente por el condado de Hillsborough, fue acusado también de recibir donaciones de organizaciones respaldadas por el magnate europeo George Soros, que en algunos casos “habrían superado los limites permitidos por ley“.
Mientras hablaba el gobernador, policías desalojaron por la fuerza al fiscal de sus oficinas, e incautaron varias cajas de documentos para la investigación de sus vínculos potencialmente ilegales con Soros.