Irán y China firmaron el sábado en Teherán un acuerdo de cooperación de 25 años, que comenzó a gestarse en 2016. Este “pacto de cooperación estratégica de 25 años”, como lo ha llamado la televisión estatal iraní y cuyos detalles no se han publicado, fue firmado por el ministro iraní de Relaciones Exteriores, Mohammad Javad Zarif, y su homólogo chino, Wang Yi, de visita en Teherán.
El pacto, que se propuso por primera vez en enero de 2016, forma parte de la Iniciativade la Franja y la Ruta, un plan de financiación de proyectos de infraestructura y de aumento de su influencia en el extranjero que ha sido un proyecto emblemático del régimen chino de Xi Jinping.
“Las relaciones entre Irán y China son profundas y de diferente dimensión y esto requiere que se incluyan en un documento”, subrayó el portavoz iraní de Exteriores, Said Jatibzadehen una entrevista a la televisión estatal iraní, en la que explicó que el texto del acuerdo ha sido intercambiado entre los dos Estados “en varias ocasiones”.
Jatibzadeh indicó que el eje principal de esta hoja de ruta integral es la dimensión económica y la participación de Irán en la iniciativa china de crear una nueva Ruta de la Seda, conocida con el lema “una franja, una ruta”.
El pacto estipula, de acuerdo a lo publicado por algunos medios oficiales persas, que China invierta alrededor de 400.000 millones de dólares en los sectores de energía e infraestructura de Irán durante un período de 25 años. A cambio, Teherán, gran productor de hidrocarburos, garantizará un suministro estable de petróleo y gas a precios competitivos a la industria china.
Esta hoja de ruta para llevar las relaciones bilaterales a “un nivel integral y estratégico” comenzó a fraguarse con la visita en enero de 2016 a Teherán del presidente chino, Xi Jinping. Se trató de la primera visita de un jefe de Estado extranjero a Irán desde la entrada en vigor ese mes del acuerdo nuclear, que había sido firmado en julio de 2015 entre Teherán y seis grandes potencias, entre ellas China.
Ese pacto nuclear, que Pekín sigue defendiendo, se encuentra muy debilitado desde la retirada unilateral del mismo en 2018 de EE.UU., que impuso duras sanciones económicas a Irán. El sector energético cayó también bajo las sanciones de Washington, que aseguró que el objetivo era “reducir a cero” las exportaciones petroleras iraníes, vitales para la economía de la República Islámica.
China era uno de los principales clientes del crudo iraní y, aunque ha seguido comprando a Irán mediante distintos métodos para sortear las sanciones estadounidenses, las exportaciones se han resentido considerablemente en estos años.
Escándalo por la confidencialidad
En julio del año pasado estalló la polémica sobre el acuerdo cuando el ex presidente Mahmud Ahmadineyad denunció que se estaba negociando “sin el conocimiento del pueblo iraní”. En ese entonces, el ministro de Asuntos Exteriores fue abucheado en el Parlamento cuando aseguró a los legisladores que no había “nada secreto” en el acuerdo propuesto, y prometió que todos sería público.
Sin embargo, el gobierno aún no ha cumplido esa promesa y se han revelado muy pocos detalles.
Infobae