En el décimo día del conflicto abierto entre Irán e Israel, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, aseguró este domingo que las fuerzas armadas estadounidenses han “devastado el programa nuclear iraní”, tras una serie de ataques coordinados sobre las principales instalaciones de enriquecimiento de uranio del país persa.
La operación fue confirmada el sábado por el presidente Donald Trump, quien anunció que “las instalaciones clave de enriquecimiento nuclear de Irán han sido completa y totalmente destruidas”. Los blancos de los bombardeos fueron tres sitios considerados estratégicos por la inteligencia norteamericana: Fordo, emplazado bajo una montaña; Natanz, epicentro del enriquecimiento de uranio; e Isfahán, otro complejo clave en la cadena nuclear iraní.
En rueda de prensa, Hegseth insistió en que la ofensiva no busca provocar un colapso institucional en Teherán. “Nuestro objetivo no es un cambio de régimen, sino impedir que Irán continúe avanzando en su programa nuclear con fines militares”, subrayó.
La intervención militar estadounidense se produce tras días de tensión creciente en Medio Oriente, donde la guerra entre Irán e Israel amenaza con desestabilizar aún más la región. Washington, por ahora, reafirma su compromiso con evitar una escalada mayor, aunque mantiene desplegada una importante capacidad militar en el área.