El senador del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), Ever Villalba, volvió a mostrar su alineamiento con las narrativas globalistas al lanzar un ataque frontal en sus redes sociales contra la visita del líder español Santiago Abascal, quien fue recibido en Paraguay con honores por autoridades nacionales. “Esto es una verdadera traición a la patria”, escribió Villalba, acusando a Abascal de promover “odio hacia los migrantes” y de representar “todo lo contrario a los valores de dignidad y justicia”.
Lo curioso, y preocupante, es que el senador liberal no ahorró insultos hacia un dirigente extranjero que ha sido elegido por cientos de miles de españoles, pero permanece callado frente a las dictaduras del Foro de São Paulo y el Grupo Puebla.
Villalba incluso llegó a afirmar que el gobierno paraguayo aplaude “a quien propone expulsar a compatriotas de España”, una tergiversación absoluta del discurso de VOX, partido que ha defendido la migración legal, ordenada y basada en el respeto a la ley y a la cultura de acogida. Pretender que Abascal odia a los paraguayos por oponerse a la inmigración ilegal es deshonesto y reduce un debate complejo a eslóganes demagógicos.
Más aún, el senador habló de una “alianza aporofóbica”, en un intento por importar categorías ideológicas progresistas que nada tienen que ver con la realidad paraguaya. ¿Quién desprecia a los más vulnerables: quien propone orden, trabajo y legalidad, o quien promueve el caos migratorio, las mafias de tráfico de personas y la victimización como bandera política?
El respeto a los pueblos pasa también por el respeto a su autodeterminación. Y si Santiago Abascal es recibido con honores por un Estado soberano como Paraguay, pretender cancelar su presencia con acusaciones vacías no solo es antidemocrático, sino que revela la profunda incomodidad de Villalba con el pluralismo de ideas.