viernes, 10 mayo, 2024

El Reglamento 1115 de la UE: estocada mortal contra la producción y soberanía del Paraguay

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Víctor Pavón
Víctor Pavón
Pdte. del Centro Estudios Sociales (CES), Socio de Prodinamis Catedrático de materias jurídicas y económicas. Autor de los libros “Gobierno, justicia y libre mercado”; “Cartas sobre el liberalismo”; “La acreditación universitaria en Paraguay, sus defectos y virtudes”; “Ensayos sobre la Libertad y la República”.

La Unión Europea (UE) se ha venido a constituir en el más importante centro de difusión de ideas y prácticas de base socialista que ahora en este caso se llama tecnocracia. Esto es, una forma de gobierno por parte de los burócratas y especialistas por medio de normativas diseñadas por ellos en todas las ramas del quehacer del ser humano.

El objetivo consiste en exigir que los reglamentos y normativas en general aprobadas desde la UE se consideren válidas para todos los demás países con los que tienen relacionamiento político, económico y cultural. Y el Reglamento 1115 de la UE es una muestra de esa infame tecnocracia.

El Reglamento 1115 que la UE pretende forme parte del Acuerdo con el Mercosur, es una muestra clara de aquel régimen tecnocrático. La UE dice que la comercialización y exportación de materias primas y productos de los demás países que ingresen al territorio europeo no deberán encontrarse relacionados con la deforestación y la degradación forestal. Y la motivación: preservar la biodiversidad y la protección del clima.

El problema con este Reglamento es que se convierte en una estocada mortal contra la producción paraguaya. Ocurre que en nuestro país tenemos un desarrollo importante en el cuidado del suelo mediante buenas prácticas que precisamente resguardan la biodiversidad. Pero la UE no le interesa que los países se auto determinen según sus propia Constitución y leyes.

Cuando un productor, por ejemplo, realice un desmonte para cultivar soja o maíz, luego estos productos no podrán ingresar a los países miembros de la UE porque se exigirá contar con una declaración de certificación que demuestre que en dicho campo no se hizo deforestación, esto es, una trazabilidad absurda y de cumplimiento imposible por el llenado de formularios que muestren el compromiso con el clima y para colmo que no afecten los derechos consuetudinarios de los pueblos indígenas.

Dicho de otro modo, los productores paraguayos si desean exportar sus productos para la UE deberán convertirse primeramente en los siervos de la gleba como en la época feudal, sinónimo de esclavos que recibirán el previo permiso si los amos así lo disponen.

El Reglamento 1115 de la UE conspira contra los intereses del Paraguay y debe ser rechazado in totum sin más trámite que su inmediata devolución con un agregado: ¡Paraguay es libre, independiente y soberano!

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