Según el Financial Times, la directora de presupuesto de la Casa Blanca, Shalanda Young, en una carta dirigida a los líderes del Congreso, afirmó que “Nos hemos quedado sin dinero y casi sin tiempo”.
Tras casi 3 años de guerra, el apoyo financiero y militar de Washington a Ucrania languidece. En pocas palabras, la ayuda de los Estados Unidos a Ucrania podría terminar este año si el Congreso no asigna más dinero.
«El cese del suministro de armas y equipos estadounidenses socavará las capacidades de las Fuerzas Armadas de Ucrania en el campo de batalla, no sólo poniendo en peligro los éxitos logrados por Ucrania, sino también aumentando la probabilidad de victorias militares rusas».
Esto representa, sin dudas, una dura noticia para Ucrania que sufre la larga y fallida contraofensiva de 6 meses en Zaporizhia y Donetsk durante la cual lamentó 125.000 bajas. Además, está sumergida en una honda preocupación por el inminente invierno que anuncia ataques rusos a infraestructura energética civil.
La solicitud del presidente Joe Biden de 106 mil millones de dólares en fondos de emergencia para sus mayores prioridades de política exterior, incluidas Ucrania, Israel y el Indo-Pacífico, sigue estancada en el Capitolio, impulsada por la creciente oposición republicana a ayudar a Kiev.