viernes, 22 noviembre, 2024

Isaac, la risa

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Así se gestó oficialmente el primer judío, entre carcajadas de quienes serían sus padres legítimos.

¿Se pusieron muy contentos porque venía él bebe?

Nada que ver, se rieron de la promesa que les hizo el amigo de Abraham, Dios mismo, que su mujer Sara concebiría un varón. Claro, con ello también se origina el bendito y tan mentado patriarcado.

¿Por qué rieron?

Porque Sara era estéril, ya ni menstruaba y tenía 90 años mientras que su marido, aunque probó que se le paraba cuando le entró a la esclava egipcia, tenía casi 100 años como Kissinger los tiene hoy día.

Mucha gente cree que el “Cantar de los Cantares”, libro atribuido al rey más picho de la historia, es el más sensual de la Biblia. Sin embargo, les invito a leer la historia del hijo de Isaac, Jacob, en el Génesis, ahí hay mucho, pero mucho sexo, y está bien, a no olvidar que el primer mandamiento fue eso; “creced y multiplicaos”.

Después nomás las religiones se volvieron “sexo fóbicas” utilizando una frase del escritor argentino Juan José Sebreli en su libro “Dios en el Laberinto”.

Al no creer en la promesa, Sara le apuró al marido para tener por lo menos un hijo postizo que ande entre sus tiendas y le autoriza a acostarse con la esclava Agar a quien embaraza de un tiro. Así fue concebido Ismael quien sería padre de muchas naciones al tener luego doce hijos como los tuvo Jacob hijo de Isaac también.

Dios no es hombre y cumple sus promesas como efectivamente lo hizo con el advenimiento de Isaac cuando Ismael había cumplido los 14 años de edad.

Con el tiempo las cosas se complicaron en la propiedad de Abraham porque la parroquia quería ser Catedral valiéndose por su hijo quien nació primero pero no por la promesa, era hijo de la carne y de la esclava.

A raíz de las burlas de Ismael hacia Isaac, Sara habló con su esposo pidiéndole que enviase a Agar y a su hijo lejos de allí. Abraham se angustió mucho pero su Amigo le sopló al oído que le haga caso a su esposa y eso hizo.

Entonces, para entendernos, Ismael es el padre de los doce quienes fueron cabezas de las tribus que poblaron gran parte del medio oriente (árabes) y Jacob fue padre de los doce que fueron a su vez cabezas de las tribus cuya descendencia heredaría la tierra prometida (judíos).

En hebreo, Isaac (Yitzchak) quiere decir la risa, ahora entienden el porqué de ese nombre.

Ismael por su parte quiere decir “a los que Dios ha oído”.

Jacobo (Iacov) “el suplantador” fue renombrado Israel luego de luchar contra el Ángel del Señor y prevalecer, no fue vencido. Anoten, Israel quiere decir: “El que luchó con Dios y prevaleció”. Así nomás.

La pregunta entonces es: ¿Puede Hamas derrotar a Israel? Jamás de los «hamases».

¿Los palestinos? No existen, es un invento, bolaterapia. Los que sí existen son los descendientes de Ismael distribuidos en todos los pueblos del medio oriente que se lo quieren comer crudo a Israel porque es la Catedral y ellos no quieren ser capilla. Son más de 400 millones de habitantes comparados con los poco más de 9 millones de israelíes.

¿Quiénes son los llamados “palestinos” entonces? Es un rejuntado de gente de la zona que fueron tras los judíos para que la prosperidad les toque de rebote.

Todos de origen árabe (no saudíes) y musulmanes. Tema que desarrollaré en un artículo posterior.

Si ponemos la lupa en el mapa en oriente medio y norte del África, vemos que los países árabe parlantes y musulmanes suman 13 millones de km2 e Israel apenas 22 mil. Así y todo, con este dato matemático básico de escuela primaria, hay mucha gente en el mundo que se opone a que los judíos tengan su pedacito de tierra que Dios ya le prometió al propio Abraham en aquel entonces. La excusa perversa, llena de ignorancia y mentira es que ese lote donde están era de los “palestinos” supuestamente. Y aun si lo fuese, que no lo es, nunca lo fue y tampoco lo será, se los aseguro desde ya, corresponde que estén ahí, aunque solo están ocupando un 33% de lo que el Dios de Israel apartó para su pueblo que cuando lo eligió dijo que no les daba porque eran un pueblo poderoso ni por su justicia o mérito propio, al contrario, era el pueblo más insignificante de todos cuando eso, pero las abominaciones de los habitantes de la Tierra del Canaán fueron el motivo para darle ese espacio a los judíos y expulsarlos de allí.

Así dijo Moises:

Cuando Jehová tu Dios te haya introducido en la tierra en la cual entrarás para tomarla, y haya echado de delante de ti a muchas naciones, al heteo, al gergeseo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo, siete naciones mayores y más poderosas que tú

Deuteronomio 7:1

Agregó:

El Señor no te eligió ni te demostró su amor porque fueras una nación más grande que las demás. Al contrario, eras la más insignificante de todas las naciones

Deuteronomio 7:7

No por tu justicia, ni por la rectitud de tu corazón entras a poseer la tierra de ellos, sino por la impiedad de estas naciones Jehová tu Dios las arroja de delante de ti, y para confirmar la palabra que Jehová juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob

Deuteronomio 9:5

Se acabó.

Como todos en este país, incluso ustedes, son de poco leer, debo ir terminando el capítulo de hoy para no cansarlos. Pero sepan que si no saben lo que realmente sucede con Israel y profieren cualquier tipo de opinión o maldición, les cuento que los juicios de Dios han comenzado y el trato por parte de los gentiles a Israel y a los judíos es una de las varas de la justicia divina que puede condenarlos.

Ni el mundo entero podrá vencer a Israel.

Shabat shalom 

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