sábado, 20 abril, 2024

TABLERO MUNDIAL: Nicaragua derrotada ante la tiranía de Ortega

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Nahem Reyes
Nahem Reyes
Nahem Reyes es doctor en Historia de la Universidad Católica Andrés Bello y miembro asociado del Centro de Estudios de América de la Universidad Central de Venezuela. Analista político

Tal vez estamos ante el más dantesco, criminal y descarado fraude electoral en las últimas décadas en Iberoamérica, incluso me atrevo a señalar que supera de lejos las ya bastante prácticas fraudulentas, ergo, autoritarias de Hugo Chávez y Maduro en Venezuela. Pues, este domingo 7 de noviembre tendrán lugar en Nicaragua una falsa elección presidencial.

En crudo, ¿qué es lo que ha hecho Ortega? Simple, replicó la agenda escrita por los Castro en La Habana e implementada por primera vez y exitosamente por Hugo Chávez: liquidación de la democracia mediante el desmontaje de las instituciones autónomas (Congreso y Poder Judicial) y convertir el Estado de Nicaragua como patrimonio personal de los Ortega y algunos buenos camaradas sandinistas.

Pero no todo quedó allí, más tarde, a finales de 2018 y mediados de 2019 tuvieron lugar las históricas manifestaciones estudiantiles y jóvenes universitarios, las cuales terminaron con un saldo de horror, represión y sangre, con más de 300 muertos, 100 detenidos (sólo en Managua) y 88 mil salieron del país. Sin contar, los medios de comunicación cerrados, organizaciones civiles que pasaron por la misma suerte y finalmente, 7 candidatos presidenciales encarcelados: Cristina Chamorro, Arturo Cruz, Felix Madariaga, Juan Sebastián Chamorro, Miguel Mora, Medardo Mairena y Noel Vidaurre.

En medio de todos estos acontecimientos, básicamente fue el Pdte. Donald Trump en 2019 a través de su Embajada en Nicaragua que reaccionó contra la brutal represión del neocomunista Daniel Ortega, el Secretario General de la OEA Luís Almagro y la Comisión Interamericana de Derecho Humanos los que han llevado la voz enérgica de rechazo a la tiranía de Ortega, infelizmente sin mayores frutos.

Pero como se puede apreciar, la destrucción de la democracia nicaragüense no inició el 2018, sino que vino prácticamente aparejada desde el mismo momento que Ortega y los sandinistas inician el gobierno aquel enero de 2006, sólo que el hostigamiento, el autoritarismo, la violencia del gobierno de Ortega, la permanente violación de la Constitución y elecciones fraudulentas se hizo más visible desde el 2016, cuando se hizo elegir sin ningún escrúpulo para un tercer mandato consecutivo.

Lo que hace diferente esta ya cantada cuarta “reelección” de Ortega y los sandinistas en este proceso del 7 de noviembre de 2021, ha sido la impunidad rampante de Ortega frente a los cientos de jóvenes asesinados el 2019, por tanto, crímenes de lesa humanidad y; la eliminación sistemática de todos sus adversarios políticos que se presentaron con posibilidades de triunfo en las presidenciales, sin ningún desparpajo fueron encarcelados y uno bloqueado por el Supremo Electoral, que inhabilitó a la “Alianza Ciudadana por la Libertad”, tolda política de Óscar Sobalvarro.

En consecuencia de ello, vemos la inutilidad de la OEA como de su Carta Interamericana para evitar el avance del autoritarismo en todas las Américas, ni la brutalidad policial frente a manifestaciones pacíficas y muertes de civiles por parte de gobernantes criminales y violadores de los derechos humanos, tal como lo hemos experimentado y presenciado en Venezuela, Bolivia y Nicaragua.

Lo llamativo de todo esto, es que Estados Unidos ahora bajo la administración de Biden, se enfoque en tratar de evitar el avance autoritario en El Salvador con el gobierno de Nayib Bukele, mientras que ha sido muy tibio frente a Ortega. Lo cierto del caso, es que este domingo, estaremos presenciado el circo de elecciones de Ortega, donde ya el resultado está sentado desde mucho antes de desarrollarse el proceso electoral: el triunfo de Ortega y seguramente un efusivo anuncio de su victoria en la Plaza de la Revolución de Managua.

Solo quiero cerrar, que este cuarto mandato de Ortega y sus criminales sandinistas es absolutamente ilegítimo, pues, es el resultado de un proceso electoral totalmente viciado, sin competencia ni mínimas garantías, sin campaña electoral, en fin, es nulo de toda nulidad. Esperamos que la Comunidad Internacional inicien todas las acciones disponibles del Sistema Internacional para ayudar al pueblo nicaragüense a recobrar la libertad y la democracia arrebata por la macabra pareja de Ortega y Murillo.

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