Las declaraciones explosivas de Hugo “El Pollo” Carvajal —ex jefe de inteligencia militar de Hugo Chávez— siguen generando repercusiones en toda América Latina. Paraguay no es la excepción. Documentos y testimonios presentados ante la justicia de Estados Unidos revelan que el régimen venezolano destinó fondos millonarios para el financiamiento de movimientos y partidos de izquierda en distintos países de la región, entre ellos, el Frente Guasú encabezado por el expresidente Fernando Lugo.
Carvajal, detenido en España y posteriormente extraditado a EE.UU., declaró ante fiscales norteamericanos que durante años el chavismo sostuvo una red de apoyo financiero a aliados políticos ideológicos, canalizando recursos provenientes de empresas estatales y estructuras vinculadas al narcotráfico. Esta red tenía como objetivo instalar y mantener en el poder a movimientos afines, asegurando influencia política y diplomática para Caracas.
Según los documentos judiciales difundidos por medios internacionales, Paraguay figura entre los países donde se habrían canalizado estos fondos, apuntando directamente al Frente Guasu como beneficiario político. Si bien los detalles operativos aún están siendo investigados, las menciones a Lugo y su entorno son claras y colocan a la izquierda paraguaya en el centro de una trama continental de financiamiento ilícito.
La gravedad del caso no es menor: el régimen venezolano ha sido denunciado por organismos internacionales, como la ONU y la OEA, por violaciones sistemáticas a los derechos humanos y por su estrecha vinculación con redes de narcotráfico, particularmente a través del llamado “Cartel de los Soles”. Que fuerzas políticas paraguayas hayan recibido, según testimonios judiciales, dinero proveniente de un aparato criminal de semejante magnitud, constituye un escándalo de proporciones históricas.
Este caso plantea preguntas incómodas: ¿Con qué dinero se financió la expansión del Frente Guasu? ¿Qué compromisos políticos se asumieron a cambio? ¿Qué papel jugó el chavismo en la política paraguaya reciente?
Mientras la justicia internacional avanza en el esclarecimiento de la trama continental, en Paraguay la pelota está en la cancha de las autoridades nacionales. Lo que está en juego no es solo un episodio más de financiamiento ilegal: es la soberanía política frente a una estructura que operaba como un cartel internacional.