El 08 de diciembre del 2023, mediante Circular 802/2023, ASFI instruyó, en realidad, obligó, a los fondos de inversión a repatriar el 95% de su patrimonio que tengan en el extranjero. En términos simples, la dictadura está confiscando los fondos privados que los inversores tienen fuera del país. Veamos algunas de las consecuencias de este nuevo dislate del régimen.
1.- Los fondos deben vender sus inversiones de aproximadamente USD500 millones en el extranjero por obligación, no por estrategia de inversión.
2.- Los dólares que retornen a Bolivia deberán ser entregados, forzosamente, al Estado a un tipo de cambio oficial, que siempre es menor al de mercado.
3.- Los inversionistas están siendo obligados a comprar bonos bolivianos de alto riesgo (CCC+), dejando de lado inversiones más seguras fuera de Bolivia, por ejemplo, bonos de países con clasificación (AAA).
En síntesis, ASFI está forzando a que los inversionistas asuman riesgos más altos, por ende, la posibilidad de perder sus capitales es muchísimo mayor.
No obstante, y a pesar de la gravedad del asunto, la nueva metida de mano de la dictadura sobre los fondos privados es, solamente, un agravante que suma a las colas de kilómetros por conseguir diésel; la caída de la producción de gas; las miserables jubilaciones que están cobrando los ancianos; la dramática reducción de las Reservas Internacionales, y la falta de dólares en el mercado.
Pero la raíz del problema no tiene nada que ver con la falta de gestión técnica en las empresas estatales, mucho menos con la «pelea» interna del MAS, sino con el fracaso del Estado Plurinacional y las ideas estatistas, delincuenciales y socialistas que lo inspiran. Al respecto, Mauricio Ríos García, economista y asesor de inversiones, en un artículo titulado «La crisis económica en Bolivia alcanza una nueva dimensión: se enfrenta al default«, asegura que:
Entonces, ¿dónde quedó la idea de reemplazar el dólar por el yuan?
Básicamente, en nada, puesto que la crisis económica que está enfrentando el Dragón Rojo lo aleja cada vez más de ser la potencia hegemónica. Además, la propia China necesita dólares para realizar gran parte de sus operaciones comerciales en el exterior, pues la divisa norteamericana ocupa el 87.62% del comercio mundial. En cambio, el Yuan representa, tan sólo, el 4%.
En resumen, Bolivia no deja de caer en el abismo. Empero eso no es lo más trágico, sino que todo sucede mientras ciertos sectores del empresariado, la prensa y la academia han optado por mirar a otro lado, o sumarse al discurso contra Javier Milei y sus políticas de Shock para Argentina,
¡pobre país!