Técnicamente no es muy complicado como se cree. Por el contrario, hace mucho más fácil y hasta eficiente el método denominado Presupuesto Base Cero o el “Zero Based Budgeting (ZBB). Con este instrumento las autoridades fijan, primero, los objetivos para la administración estatal y posteriormente se establece el nivel del gasto y su distribución.
El ZBB como casi todo lo que tenga que ver con administración recursos se inicia en la empresa privada en el año 1970. Tiene varios años de experimentación exitosa y no solo en el sector privado sino también estatal. Singapur, Nueva Zelanda y varios estados de Estados Unidos lo aplican, entre otros.
Lo más interesante de esta forma de elaborar el Presupuesto en este caso estatal está en cambiar la base misma de sustentación por el cual el Estado crece y crece con un método vegetativo donde si el año anterior una repartición disponía de 10 pues el siguiente año es 14, luego 16 hasta donde el carnaval se sostenga hasta que luego sobrevienen los problemas porque sencillamente no hay tal cosa como un almuerzo gratis, como alguna lo dijo acertadamente Milton Friedman, Nobel de Economía.
Al evitarse el crecimiento vegetativo del Presupuesto según lo dicho más arriba, lo que se reevalúa es precisamente si cada partida presupuestaria a la fecha es necesaria y volver a establecerla en el nuevo Presupuesto. Y para que exista la partida entonces habrá que justificar su existencia. Hago expreso hincapié en la palabra justificar en el sentido de la asignación en la permanente búsqueda de eficiencia y eficacia.
De este modo el nuevo Presupuesto se sustenta en bases sólidas y no deja dudas acerca de que el poder administrador estatal (Ejecutivo y el Congreso) desea hacer uso eficiente, transparente y de rendición de cuentas del dinero de la gente.