Cada 9 de julio, en Paraguay se recuerda el Día Nacional del Trasplante, una fecha que busca reflexionar sobre la donación de órganos como un acto altruista que puede salvar vidas o mejorar la calidad y la expectativa de vida de muchas personas.
La conmemoración fue establecida mediante la Ley N° 5.603/16, en homenaje al primer trasplante cardíaco realizado en el país el 9 de julio de 1996, en el Centro Médico Bautista. Aquel hito histórico fue posible gracias al compromiso de los equipos de salud y al gesto solidario del primer donante paraguayo, el Dr. Marco Aguayo.
La legislación vigente, conocida como la “Ley Anita” (Ley N° 6.170/18), establece que toda persona mayor de 18 años es considerada donante de órganos al momento de su fallecimiento, salvo que haya manifestado su negativa por escrito ante el Instituto Nacional de Ablación y Trasplante (INAT).
En lo que va del año 2025, el INAT registra 94 trasplantes realizados, distribuidos de la siguiente manera:
- 49 trasplantes de córneas
- 2 trasplantes de corazón
- 23 trasplantes renales
- 20 trasplantes de células progenitoras hematopoyéticas (médula ósea)
Actualmente, 305 personas se encuentran en lista de espera para recibir un trasplante, entre ellas 22 pacientes pediátricos.
En esta fecha significativa, la ministra de Salud, María Teresa Barán, realizó un agradecimiento público a los profesionales de la salud y a las familias donantes, y compartió un llamado a través de sus redes sociales para que la ciudadanía comprenda la importancia de la donación de órganos:
Entre las principales recomendaciones para superar temores y prejuicios en torno a la donación, se destacan:
- Informarse sobre cómo se coordinan las instituciones sanitarias involucradas, bajo el liderazgo del INAT.
- Conversar en familia sobre la voluntad de donar.
- Comprender que la muerte cerebral o encefálica equivale a la muerte de la persona.
- Saber que, tras el procedimiento de ablación, el respeto por la integridad del cuerpo es estricto.
En esta jornada, se renueva el compromiso institucional y se reconoce con gratitud a todas las familias que, en momentos de profundo dolor, deciden ofrecer una segunda oportunidad de vida a otros seres humanos.