En Paraguay, la política a veces parece más un escenario de teatro que una arena seria de discusión democrática. La reciente “postulación” de Kattya González como posible reemplazante del intendente de Asunción, Óscar “Nenecho” Rodríguez, no escapa a esa lógica. Se trata, simple y llanamente, de una puesta en escena mediática. Un espectáculo de humo. Una «noticia» fabricada que ignora (o pretende ignorar) lo que dice con claridad la legislación vigente.
Según la Ley 6564/2020, que modifica el artículo 53 de la Ley Orgánica Municipal, si un intendente queda vacante en los últimos dos años del período de mandato (como es el caso actual de Nenecho Rodríguez, elegido en 2021 y cuyo período culmina en 2026), no se convocan elecciones. En lugar de eso, el reemplazo es designado por la Junta Municipal, que elige a uno de sus miembros por voto secreto para completar el período.
Así que, incluso en el escenario hipotético (y hasta ahora inexistente) de una renuncia o destitución del actual intendente, la candidatura de Kattya González sería jurídicamente inviable, a menos que la exsenadora ya forme parte de la Junta Municipal de Asunción, cosa que no ocurre. Ni ella ni ningún actor externo puede postularse por fuera del proceso que marca la ley.
Entonces, ¿qué estamos viendo? Simple: una operación de propaganda disfrazada de legítima aspiración ciudadana. Un intento de instalar un tema que legalmente no existe para generar impacto político, distracción pública y, por qué no, reposicionamiento personal.
La política, como ejercicio noble, debería estar anclada en la realidad, no en fantasías construidas para la tribuna. Y mucho menos en violaciones abiertas o manipulaciones del marco legal. La ciudadanía merece debates serios, no shows de oportunismo disfrazados de propuestas.