La NASA, en conjunto con la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), emitió una advertencia que ha encendido todas las alarmas: una “inundación milenaria” podría impactar a gran parte del centro de Estados Unidos en abril de este año. Según los científicos, se trata de un evento climático extremadamente raro y potencialmente devastador.
Los estados que estarían en el epicentro del fenómeno son Arkansas, Kentucky, Missouri, Tennessee, Illinois e Indiana. Las proyecciones indican que, en apenas cinco días, podría caer el equivalente a cuatro meses de lluvia, desbordando ríos, anegando comunidades enteras y afectando a millones de personas.
El término “inundación milenaria” no es utilizado a la ligera. Se refiere a un tipo de fenómeno que estadísticamente solo ocurre una vez cada mil años. Las autoridades federales ya han declarado el estado de emergencia en varias regiones, y se multiplican los llamados a la población para que se prepare ante el posible colapso de infraestructuras, evacuaciones forzadas y cortes prolongados de servicios.
Los primeros efectos ya comenzaron a sentirse. En algunas zonas se han reportado tormentas eléctricas severas, intensas precipitaciones y víctimas mortales. Equipos de emergencia trabajan contrarreloj mientras se despliegan sistemas de monitoreo y alerta temprana.
Este fenómeno refuerza la necesidad de políticas de prevención frente a eventos extremos y subraya el papel clave de las agencias científicas en la protección de la población. Desde la NASA y la NOAA aseguraron que continuarán brindando actualizaciones constantes y recomendaciones para evitar mayores tragedias.
La magnitud de esta amenaza natural recuerda que, ante la fuerza de la naturaleza, la preparación puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.