El que no se atreve a ofender no puede ser honesto
Thomas Paine
A veces por urgencia usamos los baños públicos. Hagamos lo propio con Wikipedia para salir del apuro esta vez.
“Thomas Paine (Thetford, Norfolk, 29 de enero de 1737-Nueva York, 8 de julio de 1809) Fue un político, escritor, filósofo, intelectual radical y revolucionario de origen inglés. Promotor del liberalismo, la democracia y la izquierda política, es considerado uno de los Padres fundadores de los Estados Unidos.
A su faceta como intelectual hay que sumar su trabajo como ingeniero diseñador de estructuras, con notables realizaciones como el puente de Wearmouth, que proyectó en 1796 en Sunderland para cruzar sobre el río Wear.” (Inglaterra)
Aquí quiero agregar una opinión. Solo existen 2 profesiones de verdad en este planeta: docencia e ingeniería. El resto es casi toda fanfarronada.
Por supuesto me incluyo en uno de los quehaceres más “chantas” que existen, el de comunicador, en muchos casos, muy perjudicial para la humanidad. Aunque periodista no soy por no querer venderme, locutor nomás.
Volvamos al primer párrafo y leamos bien lo que dice al final: “es considerado uno de los Padres fundadores de los Estados Unidos”.
¿Y esto por qué?
Fue su amigo Benjamín Franklin quien lo hizo volver de Inglaterra para que se hiciera cargo de la imprenta que compró en norte américa, la cual, publicaba el periódico “The Pennsylvania Gazette”.
Mediante ella, Paine escribió el panfleto revolucionario por antonomasia: “Common Sense” (Sentido común). Esta fue la chispa que encendió la rebelión americana contra la Corona Británica a principios del año 1776 con una tirada de medio millón de ejemplares. El autor aprovechó el descontento de las colonias con Gran Bretaña fomentando ideas racionales, llamadas por él del sentido común, criticando los excesivos tributos decretados por el gobierno como injustos y económicamente erróneos que fomentaban el contrabando y la corrupción.
Paine criticó también y de forma furibunda la prohibición a los colonos norteamericanos de comerciar con otras naciones y especialmente la ausencia de representantes de ellos en el parlamento británico que imponía tributos a gentes que ni siquiera estaban allí representadas. Sostuvo que la solución era directamente la independencia de las Trece Colonias, posición que aún no era muy popular en la mayoría de los criollos.
Si se me permite, se ve una similitud con el Tratado de Itaipú mediante el cual Paraguay estuvo obligado a vender casi toda su parte de la energía producida por la represa solo al Brasil y a un precio fijado por la margen izquierda. Sin duda, si se aplicara el folleto de Thomas Paine en esta situación habría otra revolución.
Quedándonos en América del Sur, existe un país vasallo de los gringos, lleno de sus milicos, vergonzante por estar siempre al servicio del consenso de Washington y ostentando en la historia reciente una cadena de gobernantes cipayos que hicieron de Pablo Escobar Gaviria un patriota y para muchos un héroe. Es el país cafetero de Colombia al cual le debemos gran fineza por su conducta con el Paraguay luego de la Guerra de la Triple Alianza pero que se ha convertido en todo lo contrario a una nación soberana. Es más, es un verdadero peligro para todos los países de Sudamérica por estar infestada de tropas yanquis y ser miembro de la OTAN aunque ustedes no lo crean.
Como si estas no fueran razones suficientes para borrarla del mapa político latinoamericano, Colombia tiene ahora un gobernante de mierda, peor que sus antecesores, aunque parezca imposible. Un verdadero gorila hijo de puta, antisemita y asesino, comunista y basta, debería estar muerto.
Entonces aquí llega Javier Tomás Milei Paine, 100% honesto, quien, cuando tuvo que opinar sobre Petro en una entrevista periodística dijo: «La carnicería que es Venezuela es verdaderamente inaudito. (…) Hay otros casos que van camino a, como el caso de Colombia con el señor Petro. Mucho no se puede esperar de alguien que era asesino, terrorista, comunista», afirmó. Obvio microbio, no se puede esperar otra respuesta de un hombre sincero, como aquel que viene de donde crece la palma; Guantanamera.
Lo que puso en aprietos a este mundo es la retórica interesada de los políticos y gobernantes más las corporaciones ligadas a los presupuestos estatales y la diplomacia en general, cuyo lenguaje es el epítome de la hipocresía, el cinismo y la mentira. Es como querer perfumar las heces inmundas. Es que la clase política está hecha de estiércol y su contracara la prensa de bosta. Ambos excrementos humanos.
Así las cosas, ha llegado la hora de llamar nuevamente a las cosas por su nombre, como lo hizo Jesucristo ofendiendo a diestra y siniestra a quienes lo merecían. Yo encantado, nada más placentero que ofender a los que tanto se victimizan en esta generación de idiotas, la cual, parece peor que la generación de víboras que le tocó al Maestro. Entonces, cuanto más nos atrevemos a ofender más honestos somos.
¡Váyanse todos a la puta!
Shabat Shalom