A pesar de haber adoptado una postura crítica al inicio de las conversaciones, el gobierno paraguayo buscará complacer a la Unión Europea y aceptará los condicionamientos del Reglamento 1115 que regirá a partir del 01 de enero de 2025.
La postura inicial, la correcta, planteaba que el reglamento, finalmente, no era una cuestión ambiental, sino más bien un sistema de trabas comerciales que están claramente prohibidas por la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Ahora, el embajador paraguayo en Bruselas, Rigoberto Gauto, en una entrevista con ABC afirmó que Paraguay buscará cumplir con la norma, “Es algo que tenemos que cumplir si queremos exportar a la UE”.
De continuar en esta línea, un gran porcentaje (por no decir casi todos) de productores agropecuarios paraguayos estarán “condenados”.
La primera de las regiones que sufrirá los efectos de esta normativa es el Chaco Paraguayo, ya que la misma podría ser declarada como zona de alto riesgo, manchando la reputación de todos los productos que provengan de esa región.
Si el gobierno de Santiago Peña finalmente acepta esta imposición, estará exponiendo al país a que muchas regiones productivas sean etiquetadas como de «alto riesgo de deforestación», sacrificando al aparato productivo más importante del Paraguay.
¿Qué dicen los otros miembros del MERCOSUR?
El productor argentino y vicepresidente de la Federación de Asociaciones Rurales del Mercosur (FARM), Martín Rapetti, afirmó que el reglamento de la UE “Termina siendo más que una barrera paraarancelaria, es un ataque al libre comercio”, y agregó que “que atacan las soberanías de Paraguay, Brasil y Argentina”. “Nos condicionan para poder progresar y lo que está pasando es que la Unión Europea subsidia a sus productores, lo cual les resulta costoso. Además, vimos las manifestaciones en Francia, Alemania, Italia y España contra estas condiciones, y nos imponen lo mismo para encarecernos y cambiar nuestra matriz productiva”.
En el mismo sentido se pronunció, en más de una ocasión, el ministro de Agricultura de Brasil, Carlos Fávaro, “Creemos en el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea, pero sobre una base equilibrada, con respeto a la soberanía de ambas partes”.
“Europa es un mercado importante para Brasil, pero si insiste en ir más allá de los límites de nuestra soberanía, tendremos que buscar alternativas. Ampliar las relaciones comerciales con Asia, Oriente Medio y África es completamente viable para atender cualquier demanda que pueda verse perjudicada por la Unión Europea”, concluyó.
En síntesis, por mucho que duela decirlo, aceptar las imposiciones del Reglamento 1115 de la Unión Europea no podría catalogarse como estrategia comercial, ni siquiera como complacencia, sería sumisión.