Que los medios de comunicación nos engañan no es una novedad. Ellos han abandonado la verdad para destinar todos sus recursos a sus intereses. ¿Está mal? Sí, pero no tan mal, después de todo cada uno es libre de defender sus intereses. Lo que sí está mal, es que en estos tiempos nos dejemos engañar.
La mayoría de la gente está conforme con esto, se los nota deseosos de leer sus mentiras preferidas para mantener esa aparente comodidad que nos brindan las ideas ajenas que nos han insertado en la mente.
Los medios se han acostumbrado a esto, engañan, ocultan aquello que no quieres que veas y te destruyen el cerebro con ideas ajenas y, aunque muchos no lo reconozcan, dañinas para nosotros mismos.
La manipulación informativa ha conformado una subjetividad que entiende la realidad de acuerdo al discurso dominante.
Vivimos en un contexto en que el control sobre la población se da de forma indirecta y encubierta, dejando que el poder, de manera sutil y eficaz, influya sobre la sociedad y, lo que es peor aún, las decisiones individuales.
