El Gobierno francés considera que el lenguaje inclusivo, que incorpora un sufijo femenino en un sustantivo masculino a través de un punto, constituye un obstáculo al aprendizaje de los alumnos y no debe ser usado como alternativa para la feminización de la lengua.
La circular del ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer, destacó que la adopción de ese tipo de lenguaje modifica el respeto de las reglas de concordancia “habitualmente esperadas en el marco de los programas de enseñanza”.
También, sostuvo que “constituye un obstáculo a la comprensión de la escritura”, además de afectar a la lectura en voz alta y a la pronunciación, al no ser posible una transcripción oral de ese tipo de grafías.