La pérdida de facultades mentales de Biden desata una tormenta política en EEUU

Joe Biden es «un agradable anciano con buenas intenciones y mala memoria», que, al ser entrevistado, «no recordaba cuándo había sido vicepresidente». Así que no vale la pena juzgarlo por la sustracción de documentos secretos, porque un jurado «lo contemplaría con simpatía», así los afirmó el fiscal especial Robert Hur, que ha investigado el caso de los documentos oficiales que el presidente de Estados Unidos se llevó de la Casa Blanca cuando era vicepresidente con Barack Obama.

Tras 15 meses de investigación, esas fueron las conclusiones del fiscal, designado por la propia Casa Blanca para investigar al presidente Joe Biden por haber robado y ocultado documentos clasificados en su vivienda personal. Resolvió no imputarlo y cerrar la causa.

Si bien el informe del fiscal es una exoneración en términos legales, termina siendo a todas luces una condena política, y no solo pensando en una posible candidatura a la reelección; la supuesta pérdida de facultades mentales fue presentada de manera que la medida más lógica sería abrir el proceso de inhabilitación de Biden para ejercer el cargo de presidente de la primera potencia militar del planeta.

Incluso figura en el informe que los abogados de Biden dijeron que sus lapsos de memoria no eran inusuales y que «a su avanzada edad es normal que se cometan errores a la hora de manipular documentos clasificados».

Con la intención de silenciar los rumores de que no fue procesado únicamente por problemas de salud mental, Joe Biden se paró frente a un atril y dio una conferencia de prensa donde, a pesar de sus intenciones, dejó claro que el informe del fiscal Hur es certero.

Durante su discurso, titubeo y se olvidó de varias palabras. Perdió en varias ocasiones el hilo de lo que estaba diciendo. Además, finalizando su discurso, quiso hablar sobre el conflicto en Israel y se confundió varios nombres, incluso llamó a Abdelfatah El-Sisi, actual presidente egipcio, como «presidente de México».