Alemania enfrenta un estancamiento del Producto Bruto Interno (PBI) desde el estallido de la guerra en Ucrania. Y ahora al tal clima de recesión se le sumaron las actuales protestas de los agricultores germanos y la huelga del Sindicato de Maquinistas (GDL) que tienen paralizadas las vías y rutas en todo el país.
Según Bloomberg, la economía alemana presentó su sexta contracción consecutiva en noviembre: la producción industrial del país experimentó una caída del 0,7% respecto a octubre. Los analistas aseguran que Alemania, la otrora locomotora europea, entró en ‘recesión técnica’ en el 2023.
El Estado germano tuvo una contraída del PBI en un 0,3 % durante el primer trimestre 2023, y tras el 0,5 % en los tres últimos meses de 2022, pero también en todo el 2023, según lo acredita la Oficina Federal de Estadística (OFI).
Todo ello se debe a que la guerra en Ucrania le ha costado al mundo serios problemas de abastecimiento de las cadenas de valor, generó máximos históricos en los precios de los granos/fertilizantes/minerales, aumentó las tarifas de energía por la dependencia europea a los combustibles fósiles de Rusia y alzó la tasa de inflación global.
La crisis económica en Alemania se debe, entre otras variables, a una economía manufacturera dependiente que es más vulnerable a las crisis globales y por la dependencia energética, tal como del gigante ruso Gazprom, que tras iniciarse el conflicto bélico entre Rusia-Ucrania muchas naciones europeas como el territorio germano se quedaron sin ese suministro de gas, oportunamente.