sábado, 27 abril, 2024

Dueño arrasador de las encuestas, Trump enloquece a candidatos y jueces en Estados Unidos

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Las primarias arrancarán el 15 de enero en Iowa, pero solo se habla de las causas judiciales de Trump. Todos temen criticarlo abiertamente, porque ello implica «hacer enojar» a la enorme mayoría de los republicanos. En las encuestas, su dominio es letal: 62% a 11% del que le sigue. Y los jueces hacen equilibrio frente a ese escenario, porque «proscribirlo» podría potenciar aún más su popularidad.

El inefable Donald Trump y sus enredos judiciales acaparan todas las conversaciones sobre las primarias republicanas para las elecciones presidenciales en Estados Unidos, dejando escaso espacio a sus rivales. 

La carrera para decidir quién se enfrentará en noviembre al candidato demócrata, muy probablemente Joe Biden, está lejos de ser convencional. Es que el expresidente mantiene su aspiración de regresar a la Casa Blanca pese a hallarse inmerso en una saga judicial, lo que constituye un hecho sin precedentes, pero lo más destacado es la enorme diferencia con la que prácticamente aplasta a todos sus rivales en las encuestas.  

Durante los últimos meses los demás candidatos han recorrido el estado de Iowa, donde este 15 de enero comenzarán las primarias republicanas, para hablar de inmigración, economía o aborto. Pero estas escenas, tan típicas de la política estadounidense, chocan ante la letanía de que digan lo que digan los demás candidatos, sus chances en las encuestas ante Trump son casi nulas.

Según sondeos recopilados por RealClearPolitics, Donald Trump promedia una intención de voto del 62,7%, mientras que sus dos principales rivales, Nikki Haley y Ron DeSantis, obtienen respectivamente el 11 y el 10,9%. 

«El hecho de que el principal candidato haya sido inculpado varias veces y pueda ser descalificado hace que la campaña republicana sea increíblemente volátil e impredecible», declaró a la AFP Julian Zelizer, politólogo de la Universidad de Princeton. 

¿Cómo captar un poco de atención cuando las televisiones de todo el mundo están pendientes de las idas y venidas en los tribunales del expresidente?

El tema obsesiona a los adversarios de Trump. «Si pudiera haber cambiado una cosa… habría preferido que Trump no estuviera inculpado», admitió el gobernador de Florida, Ron DeSantis, en una entrevista reciente. «Eso acapara toda la atención», lamentó DeSantis, que hace apenas un año despuntaba en el partido.

Todo es Trump

La ecuación es especialmente complicada porque los candidatos a la nominación republicana quieren evitar a toda costa ofender a los votantes trumpistas. Entonces es imposible criticar abiertamente al favorito sin enfadar a los simpatizantes leales al expresidente, que son amplia mayoría en el partido republicano.

Como consecuencia se ven circunloquios extraños, como el primer debate entre candidatos republicanos de agosto pasado. Cuando se les preguntó si se debería dar las llaves de la Casa Blanca a Trump aunque fuese condenado en un tribunal, todos menos dos levantaron la mano, vacilantes, para responder afirmativamente. 

Esta secuencia, retransmitida repetidamente por las televisiones estadounidenses al día siguiente, lo eclipsó todo. Nadie recordaba nada de lo que se hubiera dicho sobre el aborto, el calentamiento global o la guerra en Ucrania. 

Trump los boicotea aprovechando su gran ventaja en las encuestas, pero aun así cada tema en agenda gira en torno suyo. Y el mismo ha centrado su campaña en sus problemas judiciales.

En los mítines, tanto en las redes sociales como en los actos para recaudar fondos, el expresidente menciona todo el tiempo sus cuatro inculpaciones penales, por las que se expone a penas de prisión, mucho más de lo que habla de su proyecto para «que Estados Unidos vuelva a ser grande». Así aplica su vieja regla: acaparar la atención a cualquier precio.

AFP/HB

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