Careta sobre cara, misma mierda, hiede igual.
¿A quienes piensan engañar aquellos que insisten con esta estúpida diferencia?
La hay del mismo modo que los pétalos del tallo de la rosa y la espina que clavaremos en el culo de los anti-sionistas, antisemitas de nuevo cuño y a los de siempre también.
No solo es tiempo de Guerra como expresó el primer ministro del Estado de Israel -Benjamín Netanyahu- invocando un versículo del capítulo tres del libro de Eclesiastés, también, como está escrito en el mismo libro y el mismo capítulo, es tiempo de matar. Por sobre de decir la verdad y llamar a las cosas por su nombre sin temer a estos cobardes terroristas encapuchados que invocan su religión de atraso y muerte para cometer los peores crímenes contra la humanidad.
Y les insto a los cristianos a obedecer al judío y sionista Jesús quien dijo: “Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar al alma; más bien temed a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno». Mateo 10:28, con Pinocho. ¿Les quedó claro?
Cuando éramos pequeños escuchamos: “lo que dice el demonio repite el mono”, tal cual se da hoy día en cualquier lugar del planeta con este asunto. Con razón muchos insisten que el hombre desciende del mono.
¿Y qué dice el demonio esta vez que tanto repiten los monos?
“Soy anti sionista y no antisemita”, estupidez de tamaño lunar.
Entonces Hamas y el pueblo palestino no son lo mismo, fueron electos por ellos nada más. Necia mentira que hasta el mono Antonio Guterres (secretario general de la Organización de Nazis Unidos) repite colgado de una rama del árbol de la ignorancia.
Así los alemanes fueron víctimas de los Nazis, pobrecitos, por eso los aliados bombardearon solo a estos y no al pueblo alemán víctima de aquellos. ¿No es cierto?
Claro que no, bombardearon Alemania toda hasta dejarla polvo y cenizas con cientos de miles de cadáveres enterrados bajo ellas desde bebés, niños, mujeres, ancianos, jóvenes y soldados.
Y ante el avance terrestre de las tropas soviéticas, las cuales, venían cometiendo atrocidades en su trayecto a Berlín sin dejar culo sano por el camino desde Polonia en adelante, los alemanes optaron por el suicidio antes que caer en manos del Ejército Rojo. Hay que reconocerles cierta dignidad, prefirieron perder la vida antes que el invicto.
Lo cierto es que la mayoría de las alemanas apoyaron a Hitler, así como las madres palestinas están dispuestas a sacrificar a sus hijos para matar judíos. No tienen perdón de Dios y no veo mayor odio que esto, pero claro, se tiene que hablar con hipócrita moderación por más que todo sea una barbaridad, entonces se cita a Golda Meir cuando dijo: “La paz llegará, cuando los árabes amen a sus hijos más de lo que nos odian a nosotros”. O sea, NUNCA. Los árabes son hijos de la carne y de la esclava y los judíos de la promesa, linaje escogido, escrito está, no es invento mío. Los naturales quieren destruir y a la vez usurpar un lugar que no les corresponde. Desde el momento que Dios apartó a Abraham de los caldeos ya tenía pensado donde ubicarlo y desde ese entonces la tierra que luego sería Israel está ligada a su antiquísima historia.
Tampoco corresponde a los gentiles definir el sionismo como no le es propio a los judíos definir el rito caldeo católico.
Como bien dijo David Ben Gurrión aquella vez, el hecho que Jerusalén sea capital de Israel no es decisión de gentiles sino de israelíes.
Toda esta inusitada estulticia que los monos repiten como loros se debe a la supina ignorancia que les va a costar caro en el día del juicio.
“Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios. De manera que, cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí mismo.” (Romanos 14:11-12). ¡Carajo!
En la Biblia encontramos en forma sencilla la definición de la estupidez y de la sabiduría a la vez.
En el Salmo 53 se lee: “Dice el necio en su corazón: No hay Dios” y en Proverbios 1:7: “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza. Sabiduría es el temor a Él”.
Lord Chesterton afirmó que aquél que no cree en Dios puede creer en cualquier cosa.
Por su parte, Voltaire, sentenció que aquellos que pueden hacerte creer absurdos, pueden hacerte cometer atrocidades. Es exactamente lo que sucede en este caso.
Se puede colegir de esta demencia que se trata de construir un discurso para intentar repetir lo de la Alemania Nazi en 1938 pero a escala global.
Son tan repugnantemente cobardes quienes lo intentan argumentando que no somos ni 20 millones los judíos en todo el mundo cuando que ellos miles de millones. Como si nos pudieran aplastar fácilmente por eso. Malas noticias:
“Cinco de vosotros perseguirán a ciento y ciento de vosotros perseguirán a diez mil, y vuestros enemigos caerán a filo de espada delante de vosotros”. Levítico 26:8. Hagan las cuentas imbéciles, y por sobre todo lean la historia de Israel del 48 en adelante y verán cómo esto se cumplió tal cual en todas las guerras que le tocó pelear para defender su existencia. Pero antes, asegúrense de tener bastante papel higiénico.
Todo judío; sionista, anti sionista, ortodoxo o no religioso, conservador o reformista, que vive en Tierra Santa o fuera de ella, está juramentado a que nunca más, hasta el fin de la historia, suceda otro Holocausto.
Hablando de historia, lo que más yo quisiera es que se repita lo del Purín, cuando se les dio vuelta la tortilla como se dice vulgarmente a los que planearon y procuraron el genocidio de los hebreos que habitaban el imperio de Babilonia en su época de mayor poder y magnificencia, para ello, deben conocer el libro de la reina Ester, una real empoderada y no como estas payasas ridículas de hoy día. Y lo más probable es que mi deseo se convierta en una bella realidad de justicia humana y divina a la vez.
El “anti sionista” se engaña y condena solo, su odio, envidia e ignorancia le convierte en un maldito idiota, víctima de la antigua promesa que el mundo vio y ve cumplirse hasta hoy: “A los que te bendicen bendeciré y a los que te maldicen maldeciré”. Si no, pregúntenle a Hugo Chávez Frías o al diputado turco que expiró apenas concluyó su maldición contra Israel hace poquito nomás. No pueden responder ya que ambos están mirando la lechuga desde abajo.
AM ISRAEL HAI
Shabat Shalom