lunes, 06 mayo, 2024

El milagro argentino

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Es factible y se llama Javier Milei. Ya ganó lejos y cualquiera puede verlo si quiere. En las calles, en los barrios; altos y bajos, en la apertura de su campaña, ni que decir en el cierre. En los debates, en los estadios, en Capital Federal, sus suburbios y las provincias, en todos lados. Ganó a la gente decente, a la inteligente, a los jóvenes, sobre todo, pero a adultos también, a los mayores y a los que están dispuestos a experimentar algo diferente a la misma casta de siempre, o sea, la misma mierda.

¡Que viva el gran pueblo argentino! ¡Salud!

Los resultados pueden arrojar cualquier cosa, como en Brasil con Lula y ni que decir en USA con Biden, pero antes, no pudieron atajar a Bolsonaro ni a Trump y no creo puedan hacerlo ahora con Milei. Es un fenómeno en el más estricto sentido de la palabra, uno de aquellos, hermoso.

También se ganó el cielo porque tibio no es sino todo lo contrario. Como si no bastara, se identifica con Israel, hace suya la ética judía, es lector de la Torah, ruge como el León de Judá porque él también es un león.

Desde el primer libro de Samuel capítulo 8 del antiguo testamento donde se describe como son y serán los gobiernos de este mundo hasta los evangelios del nuevo donde Cristo es llevado por Satanás al pico más alto para ver todos los gobiernos de la Tierra y ofrecerle su dominio. Javier, apóstol libertario, respalda su ideología con bases bíblicas; irrefutables, contundentes, demoledoras.

Es el nuevo Juan Bautista Alberdi y será el segundo Julio Argentino Roca.

Moneda de platino argentina con estas caras en cada lado.

Aquél, el de las ideas liberales que germinaron en la república a mediados del siglo XIX para que el segundo las coagule a principios del XX y se convierta la Argentina en el país más rico del mundo y Buenos Aires en la capital más bella. Nada es por casualidad.

Por supuesto tuve que darle el debido «tuke» al loro blanco Panchito, su compatriota, a quien sabia y públicamente lo comparó con el anticristo. Excelente, totalmente.

Atinadamente supo usar un lenguaje procaz para que la novedosa ideología libertaria la entendiera hasta el último turro argentino. ¿Te das cuenta?

“Claro, porque con el culo ajeno somos todos putos”, genial, original, solo Milei.

En este plano dió la razón a quien encendiera el primer fuego de la revolución americana con su panfleto “Common Sense”, el inglés Thomas Paine, quien dijo: “El que no se atreve a ofender no puede ser honesto”, lo hizo escupiendo verdades a los socialistas: “son toda una mierda” y “hay que liquidarlos porque si no ellos te liquidan”. Certero, verdadero, más honesto imposible. Esto es lo que le hace tan distinto y a la vez confiable ante la gente.

Es que la Argentina peronista es una mierda, usurpada por quienes la han destituido de su glorioso porvenir.

El humor no está ausente de su léxico al señalar que los zurdos se volvieron ateos cuando leyeron en la Biblia; “Comerás el pan con el sudor de tu frente”.

Milei, abierta y valientemente propone de frente la cura pura y dura para la enfermedad argentina que se llama -en palabras del autor y locutor Carlos Mira- “La idolatría del Estado”.

Hacerlo mierda.

Un Estado elefantiásico e hipertrofiado administrado por la casta política criminal que lo engorda cada vez más y que con su peso aplasta a la mayoría de los argentinos excepto a los “chorros” de la corporación y los parásitos beneficiados por el robo al que trabaja para dárselo al que no lo hace.

Cierto, los kirchneristas son una mierda, pero más respetables que los macristas, en mi opinión, porque aquellos no esconden su necia militancia justicialista, socialista, pero estos andan disfrazados de civilizados para tapar que son una mierda similar; socialdemócratas.

Ramas de un mismo tronco o mierdas de distinto hedor.

A Cristina por lo menos te las podés coger, Macri siempre andaba con el culo paspado. ¿Nunca lo vieron caminar?

Bueno, ¡tiremos la cadena porque hiede che!

Nada de esto hubiera podido cundir en otra sociedad, por lo menos no de esta forma. Si Milei naciera en Paraguay quizás sería barrendero municipal y en el mejor de los casos ascensorista, imagínense con la prensa de mierda que tenemos, nadie está a su altura, estoy seguro que no entienden ni el 3% de lo que dice.

Si les dijera para eliminar el Banco Central entre otras cosas, les daría diarrea, es que son una mierda, reitero, además de rameras, todes.

Ashá, gente inteligente cuando no brillante, gente bella, no toda, pero en un alto porcentaje. Lindo clima, propicio para inspirarse, y la hermosa Buenos Aires sobre ese mar dulce que siempre le acaricia con su brisa; el Río de la Plata.

La mejor carne del mundo y los mejores culos. Mucha gente de buen gusto, elegante, sabe vestirse; el invierno les ayuda, siempre puntual y cumplidor.

Los cafés, restoranes, parrilladas, las calles, la avenida más ancha del mundo y la más larga también, 9 de Julio y Comodoro Rivadavia respectivamente.

Las librerías, enormes, preciosas, los teatros, por doquier, hermosos, hasta la década del 70, Buenos Aires fue la ciudad con mayor vida nocturna del mundo. Bastaba pasear por la calle Corrientes cualquiera de las noches y darse cuenta.

Mi Buenos Aires querido.

Deportes como el polo, el rugby, por supuesto el futbol, campeones mundiales, y uno que solo se práctica en la Argentina, en ningún otro lado del planeta: el Pato, me encanta. Chake ese no se come Clari.

Demasiado tiempo llevan los argentinos en la pesadilla peronista, Dios escuchó el clamor de su remanente para despertar a mucha gente e intentar volver a ser lo que fueron, pero en este tiempo con este hermoso grito:

¡Viva la libertad, carajo! 

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