sábado, 20 abril, 2024

Honduras cambió donaciones por endeudamiento con China

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Nahem Reyes
Nahem Reyes
Nahem Reyes es doctor en Historia de la Universidad Católica Andrés Bello y miembro asociado del Centro de Estudios de América de la Universidad Central de Venezuela. Analista político

Este domingo pasado, todos vimos la noticia vía Twitter con #ÚLTIMAHORA de la mayoría de las agencias de noticias y la prensa internacional, que informaban finalmente de la ruptura de relaciones diplomáticas entre Taiwán y Honduras, por decisión del gobierno de la neocomunista mandataria Iris Xiomara Castro de Zelaya. La gran pregunta ¿por qué tuvo lugar tal hecho luego de 82 años de relaciones diplomáticas?

A mi juicio, ello tiene una respuesta, tal vez corta, pero que implica una gran complejidad, se trata de un signo más del reacomodo del tablero geopolítico global que se expresa en las Américas por “la invasión silenciosa china” –para decirlo en términos de Diego Guelar- a costa de la sistemática pérdida de la influencia de Estados Unidos, o lo que equivale decir, el fin de la Era “América para los americanos”, según la doctrina Monroe. Para que entendamos más mi tesis, vamos a desbrozarla en los siguientes párrafos.

Primero recordemos que, tras el triunfo de los comunistas en la guerra civil china en 1949, el país se dividió: por una parte, Mao Zedong se instaló en Pekín e instauró la República Popular de China (RPC) y; por la otra, en la isla de Formosa los “nacionalistas” liderados por Chiang Kai-shek se instalaron en Taipei bajo la denominación de República de China (Taiwán). Desde entonces divididos y sin reconocimiento mutuo, aunque con una coexistencia relativamente pacífica.

Esa “paz” en constante guerra diplomática, se hace más visible desde 2003 con el gobierno de Hu Jintao quien impuso en su política exterior con mayor agresividad el “principio de una sola China”, proceso que va aparejado con el desarrollo del incipiente imperialismo chino, el cual, se ha traducido en el asedio y robo de los aliados taiwaneses a lo largo del mundo, lamentablemente, las Américas no escapa de ese escenario.

Por ello, con la llegada al poder el 2022 en Honduras de la ficha del Foro de Sao Paulo y el Grupo de Puebla, Xiomara Castro esposa del expresidente derrocado Mel Zelaya, la agenda ultra-izquierdista no se hizo esperar tanto en la política nacional como en la exterior. Pronto su discurso exaltado contra el capitalismo y contra el imperialismo estadounidense.

La afinidad ideológica y de agendas internacionales, llevó a Xiomara Castro a estrecharse con Brasilia toda vez que el pasado 1 de enero de este año su buen camarada Lula Da Silva asumiera la presidencia del Brasil. En ese mismo día, el recién investido presidente brasileño hizo sus buenos oficios para que el vicecanciller de la RPC, Xie Feng tuviera un breve encuentro con el Canciller de Honduras, Eduardo Enrique Reina.

Tras el retorno de la presidente hondureña a Tegucigalpa, la suerte estaba echada para los taiwaneses y pusieron en marcha su plan de ruptura de relaciones diplomáticas al estilo de los mandarines comunistas. En marzo de este año, el canciller hondureño Reina envió a su homólogo taiwanés una impresentable carta oficial, una comunicación que fue con escritura a bolígrafo sobre el texto y hasta con un error ortográfico, definitivamente muy poco profesional y cero prolijidades.

En dicha carta, básicamente el canciller Reina le hace a los taiwaneses tres pedidos: refinanciar la deuda por dos millardos de dólares; donación para la construcción de una represa de agua y; la donación para la construcción de un hospital. Todo esto lo ha negado Reina en los medios, sin embargo, la documentación recibida en Taipei, desdice al Canciller hondureño. El gobierno de Taiwán históricamente marcado por su cooperación y buena voluntad con sus aliados accedió en lo referido a la donación del hospital, pero en los demás temas no hubo respuesta, según Reina.

Elevando la informalidad, la presidente Xiomara Castro vía tweet anuncia que dio instrucciones a su Canciller para iniciar relaciones con la RPC. Inmediatamente, el robótico portavoz de la Cancillería de Pekín, Wang Wenbin, como era de rigor, respondió saludando la noticia y señalando que Honduras se ceñía al “principio de una sola China”.

Este domingo, en un burdo comunicado de apenas una página, en un innecesario áspero texto, a toda luz redactado en Pekín y traducido al español en Tegucigalpa, la Secretaría de Relaciones Exteriores y Cooperación Internacional de Honduras hace oficial la ruptura de relaciones diplomáticas con Taiwán.

Finalmente, Honduras cambió la eficiente e histórica cooperación taiwanesa por un doble endeudamiento, es decir, con el cambio de relaciones diplomáticas no resolvió lo referido a su deuda externa y se embarca con el gobierno de Pekín en proyectos de construcción de 3 represas más 1 canal de ferrocarril, pero ello no será con donaciones al estilo taiwanés, sino vía préstamos, como es rigor en la política China. En crudo, Xiomara Castro saltó del barco taiwanés y nadó para el barco de su buen camarada Xi Jinping, pero éste en lugar de darle un salvavidas, le lanzó un saco de piedras para que se ahogue. Sin duda, una desinteligencia más, propia de los gobiernos socialistas.

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