lunes, 23 diciembre, 2024

El cuento chino del plan de paz de Xi Jinping para Ucrania

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Nahem Reyes
Nahem Reyes
Nahem Reyes es doctor en Historia de la Universidad Católica Andrés Bello y miembro asociado del Centro de Estudios de América de la Universidad Central de Venezuela. Analista político

El pasado viernes 24 de febrero, día en que se cumplía el primer aniversario de la fatídica invasión de Rusia a Ucrania, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Popular de China, Wang Webin dio a conocer un documento al que denominó “Posición de China sobre la Solución Política de la Crisis de Ucrania”. En las palabras del alto funcionario de la cancillería china, se trata de los “principios fundamentales de la parte de China en el manejo del problema de Ucrania”, vale decir, que en esa sintaxis, ya excluye a Rusia dentro de la problemática y lo limita únicamente al país invadido. Más adelante agregó que China, se ha “dedicado a promover el diálogo y la negociación y desempeñar un papel positivo en resolver la crisis”.  Dicho esto, vamos a partir este breve análisis en dos ejes: el documento en sí mismo y en el otro, su contexto como alcance.

Como ya es bien sabido, el documento publicado por el portan de la cancillería china, consta de doce puntos, a saber: respetar la soberanía de los países; abandonar la mentalidad de Guerra Fría; alto al fuego; iniciar conversaciones de paz; resolver la crisis humanitaria; proteger la seguridad de las instalaciones nucleares; reducir los riesgos estratégicos; garantizar el transporte de alimentos; detener las sanciones unilaterales; garantizar la estabilidad de la industria y finalmente; promover la reconstrucción.

A simple vista, cualquiera puede señalar que se trata de una iniciativa muy positiva y apegada al derecho internacional, pues, total, se trata de buscar la paz. Pero adentrando en el documento destacan dos elementos por encima de todo: excluye a Estados Unidos, la OTAN como Unión Europea y coloca a la ONU a través de sus entes como el Consejo de Seguridad y el Organismo Internacional de Energía Atómica (IAEA) en calidad de mediadores entre las partes, además se auto-erige como el gran gestor de dos aspectos críticos del conflicto y de escala global, como lo son la crisis alimentaria más la reconstrucción de las zonas en la etapa post-conflicto, ergo, puro business. Menudos detalles, ¿verdad?

En cuanto al contexto en el cual emerge este documento, más allá del aniversario de la invasión aquí en cuestión, lo primero que se debe tener muy presente es que China es de los pocos países del mundo que hasta ahora no ha condenado la invasión –de hecho jamás lo califica como tal- y en este punto lo subrayó Jens Stoltenberg Director Ejecutivo de la OTAN, y en segundo lugar, que la propuesta de paz china se hizo pública un día después de la visita oficial del Canciller de China a Moscú, Wang Yi.

Sin contar que China, por encima de todo, es un sistemático violador del derecho internacional y que al igual que Rusia con Ucrania irrespeta la soberanía y la territorialidad de sus vecinos, pues, China emplea todo tipo de agresiones contra Taiwán, con acciones que van desde lanzamiento de misiles, bloqueos navales y el sobrevuelo del espacio aéreo taiwanés de flotas de aviones de combate. Sin contar con todo tipo de ciber-ataques como espionaje que el gobierno de Pekín realiza a escala global, como los recientes casos de los globos espías en USA, Canadá y Latinoamérica.

Amén que la propuesta en sí misma es injerencista, agrede el principio de auto-determinación de los pueblos, concretamente cuando señalan “La seguridad de una región no debe lograrse mediante el fortalecimiento o la expansión de los bloques militares (…) Todas las partes deben oponerse a la búsqueda de la seguridad a costa de los demás”. En crudo, China pretende imponerle a Ucrania que renuncie al artículo N° 1 de la Carta de la ONU, es decir, su independencia política, pues, el gobierno ucraniano al apegarse a esta propuesta implica su renuncia a unirse a cualquier bloque militar o de seguridad en toda Euro-Asia, simplemente inaceptable.

Para finalizar, esta farsa de plan de paz de China, no es más que eso, un cuento chino para exhibirse en el tablero mundial, más que como pacificador, sino un gran actor global capaz de influir en las crisis mundiales obteniendo indirectamente beneficios económicos, con lo cual, tímida y sutilmente comienza a imponer su hegemonía aplastando a sus históricos rivales occidentales.

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  • Nahem Reyes es doctor en Historia de la Universidad Católica Andrés Bello y miembro asociado del Centro de Estudios de América de la Universidad Central de Venezuela. Analista político

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