martes, 05 noviembre, 2024

Argentina y la gloria eterna. La tercera estrella está en manos Messi

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El Estadio Nacional de Lusail, colmado por más de 80.000 personas, recibió a la final del mundo, todos los ojos estaban depositados en las figuras de ambas selecciones Lionel Messi y Kylian Mbappé que fueron los protagonistas principales a lo largo del certamen y se disputaban quedar en lo más alto tanto a nivel de tabla de goleo como en la cima del mundo.

La albiceleste comenzó mejor, teniendo más ímpetu y desbordando más por el sector izquierdo del ataque argentino por intermedio del “hombre de finales” Ángel Di María y en el medio sector la participación de Lionel Messi otorgó claridad en ataque estableciendo llegadas profundas. Francia nunca despertó, fue totalmente superada en todas las líneas del campo, no realizó un solo remate al arco y los atacantes no aparecieron. Pasando los 20 minutos del primer tiempo, Di María se la jugó en la individual por izquierda superando a la marca de Ousmane Dembélé, éste en su intención de cortar el avance (y ante su falta de sapiencia en la marca), engancha al “Fideo” en el área, si bien el contacto fue leve, existe y el polaco Szymon Marciniak no dudó en pitar penal a favor de la Argentina. De la sanción se encargaría la figura Lio Messi, que, con una templanza inigualable coloca el balón en las redes engañando al buen portero francés Hugo Lloris. A los 23 minutos, Argentina era superior y se puso encima en el marcador.

La Albiceleste seguía siendo superior, Francia siguió impreciso facilitando las recuperaciones de Argentina en defensa y mediocampo. Di María siguió desbordando y haciendo la vida imposible al central devenido a lateral Jules Koundé. El conjunto galo seguía irreconocible y no despertó a lo largo del primer periodo. Argentina, a los 36 miuntos llegó al segundo tanto con una presión en medio campo de Julián Alvarez forzando a Dayot Upamecano, Messi construyó el contragolpe dejando a Alexis MacAllister en buena posición para un “pase-gol” a el “Fideo” Di María que define de manera magistral ante la salida desesperada de Hugo Lloris, la Albiceleste estiró la ventaja de manera justificada en el partido, llevando al descanso una buena ventaja para administrar durante el segundo tiempo. Francia poco o nada más hizo durante los restantes minutos de la primera parte.

El segundo tiempo deparó más de los mismo, Francia siguió sin responder y Argentina tuvo ocasiones para liquidarlo en pies de Álvarez, Messi y un contragolpe que no pudo concretar MacAllister. Los galos no reaccionaron y con los cambios masivos, Didier Deschamps buscó darle nuevos aires al equipo. Prácticamente Argentina tuvo en sus manos el bolsillo hasta los 78 minutos, momento en que Nicolás Otamendi pierde la carrera con Randal Kolo Muani, lo agarra en el área y el árbitro no duda en cobrar el penal. Dos minutos más tarde Kylian Mbappé comenzaba a armar su show ejecutando el penal de manera certera a pesar de que Emiliano Martínez adivina el palo. Francia se colocó a tiro de empate faltando muy poco para el final.

Y en un abrir y cerrar de ojos los galos consiguieron el empate en pies de su estrella Mbappé, una pared con Marcus Thuram que devuelve de cabeza tuvo al astro francés disparando cayéndose de derecha haciendo inútil la estirada del “Dibu” Martínez. El 2 a 2 era un resultado inesperado por el trámite del cotejo, pero, a los equipos con jerarquía solo le bastan dos situaciones para definir partidos.

Luego del empate francés, “Les Bleus” lucían más enteros física y psicológicamente, Argentina daba lo que le quedaba de fuerzas para estirar el partido al alargue. Francia tuvo ocasiones para desnivelarlo y Argentina en los pies de Messi que ejecutó un remate potente que tapó Hugo Lloris, pero el tiempo ya no alcanzó, llevando al partido a los 120.

El partido en el primer tiempo del alargue se hizo muy disputado y áspero, con pocas situaciones frente a los arcos, se hacía notorio el esfuerzo físico y el nerviosismo en ambos equipos. Argentina terminó mejor el primer tiempo teniendo dos chances en los pies de Lautaro Martínez que no pudo concretar.

Durante el segundo tiempo de la prórroga se dieron las emociones fuertes más importantes, el partido se rompe, ya no se conocieron esquemas tácticos y el partido se hizo de ida y vuelta. A los 108 minutos Lautaro Martínez disparó y tapó Lloris, en el rebote Lionel Messi empuja a gol, el balón fue despejado, pero ya traspasó la línea de gol. El rosarino, el mejor de todos los tiempos, puso arriba a la Albiceleste en un partido desbaratado de nerviosismo y dramatismo con todo el mundo atento.

Ocho minutos después del tanto argentino, la insistencia francesa, aunque con poca precisión hizo efecto logrando un penal por mano en el área de Gonzalo Montiel tras remate de Mbappé. Y otra vez el francés vence a “Dibu”, esta vez cambiando de palo y agregó más drama a los minutos finales. Francia empató a los 116 y llevaba el partido a los penales.

Ya para el final ambos equipos tuvieron chances para lograr la Copa de manera agónica, en primera ocasión “Dibu” Martínez tapó de manera magistral achicando el ángulo de remate a Kolo Muani, y en la réplica, un contragolpe argentino terminó en la cabeza de Lautaro Martínez que no definió de buena manera estando solo para el testazo. La definición del campeón mundial se dio en la tanda de los penales.

Y en los penales, una fichita más se llevó Argentina por la sola presencia de Emiliano Martínez, que se hace gigante en los penales. La tanda comenzó en pies de Mbappé que de nuevo ganó el duelo a “Dibu”. Messi también ganó su duelo a Lloris definiendo de manera sutil al arquero que tardó en jugarse. Y a partir de este momento comenzó el show del “Dibu”, Kingsley Coman remató y Martínez se hizo enorme tapando el remate. Paulo Dybala acertó para Argentina. Aurélien Tchaoméni no acertó el arco, pero el “Dibu” volvió a adivinar y Argentina tenía dos “match point” para ser campeones. Leandro Paredes convierte su disparo, Francia estaba obligada a convertir y Kolo Muani esta vez no defrauda. Todo quedó en los pies del que cometió el penal para el empate galo, Gonzalo Montiel que no falló el penal que convirtió a Argentina en Tricampeona Mundial 36 años después cerrando una de las mejores finales del mundial en la historia. Con Lionel Messi como gran figura, la tercera estrella se bordó en el cielo albiceleste y la copa vuelve a Sudamérica 20 años después de que Brasil salió campeona en el Mundial de Corea-Japón 2002. ¡Salud Argentina, gracias por hacernos creer de nuevo a los de esta parte del mundo que si se puede! Y ¡Salud para el pueblo argentino!

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