La pasada semana, cuatro perros quedaron atrapados en dos estanques de Todoque, una de las primeras localidades en ser engullida casi por completo por la lava del volcán de La Palma. Las imágenes tomadas por la empresa local de drones Ticom Soluciones provocó el clamor de cientos de palmeros y otros miles de usuarios de redes sociales, que reclaman que no se les deje morir. Uno de ellos ya lo ha hecho.
Durante la última semana, tanto Ticom como la empresa Volcanic Life se han encargado de llevarles agua y comida. Esta labor se lleva a cabo con drones ligeros, de menos de 250 gramos de peso. El tiempo, sin embargo, se acaba para los animales. La solución puede pasar por una tercera compañía, esta vez de Galicia. Aerocamaras asegura llevar una semana trabajando en un desarrollo tecnológico que permita no solo darles agua y comida, sino sacarlos de los estanques.
“Es una maniobra sin precedentes, no se ha hecho nunca en el mundo. Pero es eso, o permitir que mueran”, explica Jaime Pereira, CEO de la compañía. Durante la última semana, sostiene Pereira en conversación telefónica con EL PAÍS, la compañía ha adaptado para la operación un aparato que había desarrollado anteriormente para transportar mercancías a los barcos que atraviesan el Estrecho de Gibraltar. Este dron mide dos metros y medio de diámetro, es capaz de soportar 24 kilos de peso y resulta “muy estable a la hora de transportar cargas”.
Claro que una cosa es llevar cajas de comida y otra elevar a seres vivos. “El sistema de captura es lo más complicado”, asegura el directivo. El dispositivo tendría que llevar a cabo un trayecto de 450 metros de ida y otros tantos de vuelta. Para el momento clave, el departamento de ingeniería ha preparado una red que es capaz de bajar rígida con cebo de comida húmeda en el medio. “El tema es que hay que atraer el perro al centro de la red”, explica. Esta tarea se llevaría a cabo mediante dos drones de monitorización, además del de rescate. Una vez dentro, el dron principal se elevaría, dejando al perro atrapado en la red. Solo uno cada vez. “Si se produjese algún problema, hemos previsto un sistema de suelta rápido para volver a dejar al animal en el suelo”.
Aerocamaras afronta además una dificultad que excede lo tecnológico: lo que pretenden hacer es ilegal. La legislación actual no permite transportar personas ni animales. Además, los perros se encuentran en una zona de exclusión por la emergencia volcánica, por lo que el vuelo de drones está fuertemente restringido. Pereira asegura que la empresa que dirige ya ha entregado toda la documentación necesaria al Puesto de Mando Avanzado, instalado en el centro de visitantes del Parque Nacional de la Caldera de Taburiente, que es el organismo que gobierna sobre el terreno la crisis volcánica. “Nosotros apoyamos a los servicios de emergencia”, manifiesta el portavoz de Aerocamaras. “Sabemos que tienen muchos problemas más acuciantes que este. Ellos tienen toda la información de la emergencia y saben cuáles son las prioridades”. Por eso, esperarán a tener su visto bueno antes de comenzar el traslado del equipo desde Lalín (Pontevedra) hasta La Palma.
En este sentido, Aerocamaras reclama la ayuda de las empresas logísticas y de transporte. “Son unos 90 o 100 kilos de material, y eso sin contar con los pilotos”. Una empresa andaluza se ha ofrecido a ayudar con el flete del avión. “Lo importante es que nos lleven ya para allá”.
La asociación protectora de animales leales.org, muy activa en los últimos días en la búsqueda de una solución a este problema, ha instado a las autoridades a través de Twitter a que eliminen todas las trabas legales y permitan a la empresa gallega efectuar el rescate.
Los drones han sido destacados protagonistas tecnológicos de esta erupción, pues han permitido a los científicos, servicios de emergencia y medios de comunicación obtener imágenes de lugares que la lava ha hecho inaccesibles. En los primeros días de la erupción, uno de estos aparatos manejado por el piloto aficionado Antonio Carrillo sirvió además a muchos vecinos para comprobar el estado de sus propiedades, asediadas por las coladas volcánicas. La prohibición a Carrillo de seguir volando su dron, ya que violaba la legislación vigente, provocó en su día una enorme protesta ciudadana con cientos de mensajes en las redes sociales.