domingo, 22 diciembre, 2024

Nada es casualidad: Bélgica cosecha lo sembrado

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Adan Amarilla
Adan Amarilla
Docente, entrenador, coordinador de proyectos.

Bélgica en el recuerdo de los sudamericanos

Desde el recordado duelo versus Paraguay en el mundial México 86´, los belgas fueron duros escollos para diferentes selecciones sudamericanas. Aquel partido en Toluca cruzó a la generación dorada de Paraguay con los flamencos comandados por el excelso Enzo Scifo. La Albirroja contó con un estelar Roberto Cabañas que empató el partido en dos ocasiones y colocó a los nuestros en octavos de final de aquel mundial.

Más acá en el tiempo, la Argentina finalista en Brasil 2014 tuvo que sufrir, y mucho, para doblegarlos por 1-0. Bélgica estaba preparándose para dar el golpe letal: Rusia 2018 preparó el estelar duelo versus Brasil, y los de Roberto Martínez terminaron sellando un resonante y contundente triunfo.

Sin embargo, Bélgica no fue siempre así. ¿Qué ha pasado?

El grado cero de la historia: Eurocopa del 2000

La Euro del 2000 tenía como sede a Holanda y Bélgica. Todo anfitrión de un torneo continental sueña con hacerse con la competencia apuntalado por la condición de local. A lo sumo, se aspira a realizar la mejor competencia posible.

No fue la suerte de Bélgica. Luego de un auspicioso debut vs. Suecia (2-1), sucumbió sucesivamente ante Italia y Turquía por 0-2, y quedó eliminado de su propia Euro.

La reacción fue notable. Cerraron puertas, y para adentro, asumieron por fin que debían hacer las cosas de manera diferente, y que la clave está en la formación de talentos para competir en fuerzas parejas contra las grandes potencias. Fueron a las bases, al grado cero de la formación. Entendieron que debían postergar sus anhelos individuales en pos de colocar a Bélgica en la elite del fútbol mundial.

Topsport: la revolución para la conquista del fútbol

Tal es el nombre del proyecto que instrumentó el cambio generacional más potente del fútbol belga. Luego de la desilusión de la Euro 2000, Topsport fue revivido y cayó la decisión de ejecutarlo: se trata de un proyecto dirigido a cambiar la manera de jugar y el sistema empleado por la federación belga.

Fue uno de los pilares del programa que la federación belga presentó en el lejano 1998: un programa de tecnificación y búsqueda de talentos para la alta competencia,  desparramado por toda la geografía belga, para supervisar y apoyar el crecimiento de las mayores promesas del fútbol belga: Tibauth Courtois, Dries Mertens, Kevin De Bruyne pasaron por el programa.

Son pilares centrales: el cambio de perspectiva respecto al fútbol, y la importancia de la formación de los talentos por sobre la obtención de resultados a corto plazo. Esto se tradujo en formación de los formadores, nueva metodología de entrenamiento, y nuevos sistemas de competencia en las bases y en la formación.

El estudio previo: la definición de las prioridades

Luego de haber estudiado 1500 horas de partidos, llegaron a la conclusión de que el mejor sistema táctico es el 1-4-3-3. Desde entonces, todas las selecciones y los equipos formativos de la federación belga pasaron a adoptarlo.

Se llegó al diagnóstico con el apoyo de cinco universidades (Lovaina, Charleroi, Gante, Louvain la Neuve y Lieja); empezaron a estudiar cuál era la mejor forma de juego para el seleccionado con base al monitoreo de la cantidad y distancia de pases y medición del ritmo cardiaco de los jugadores belgas a temprana edad.

¡Vamos por los chicos!

La federación belga empezó la titánica tarea de auditar las academias de fútbol. Pusieron en funcionamiento un interesante sistema de puntuación para las competencias para las academias: no sumar puntos por ganar partidos. ¿Cómo hacen? Pues las academias en sí, al ser auditadas, reciben sus propias puntuaciones como academias, en base al trabajo que realizan en la formación de talentos.

Las academias con buenas evaluaciones, recibían mejores emolumentos de parte de la propia federación.

Entonces, no estaban preocupados por ganar un partido o una liga. Sí querían ser mejores academias, y formar cada vez mejor.

Los objetivos prioritarios

  • De 3 a 5 años: educación de los movimientos y coordinación; relación del niño con la pelota.
  • De 6 a 7 años: se juega 2c2, y 3c3; se prioriza la exploración con la pelota.
  • De 8 a 9 años: se juega 5c5; primera experiencia de juego colectivo.
  • De 10 a 13 años: se juega 8c8; el juego colectivo medianamente ordenado.
  • Desde de los 13 años (11 vs 11): juego colectivo ordenado, aspectos progresivos de táctica.

Formación de formadores

Para la cultura belga, cuna de academias de prestigio como Lovaina, la figura del educador es fundamental. Conectando con el ámbito del fútbol, establecieron que el entrenador formador debe tener el perfil educativo, decididamente.

La educación del entrenador de nuevo perfil indica que el aprendizaje del entrenador no equivale a conocerse una batería de ejercicios, sino el entrenamiento de la mente para pensar en la mejor manera de aprender fútbol. Todos los jugadores y jugadoras deben comprender por qué suceden las facetas del juego, y qué respuestas tienen que ofrecer en ellas.  

Posdata: por casa… ¿cómo andamos?

Pues desde casa estamos asistiendo a la evolución del fútbol en conceptos, estrategias, recursos individuales y colectivos. Las grandes potencias se van haciendo cada vez más grandes (ahí anda la disciplinada y científica Alemania que se embarca en proyecto espectacular, uno mejor que el otro), y muchos equipos de menor caudal competitivo han entendido que embarcados en proyectos estudiados y coherentes es la única manera de dar batalla a los monstruos.

Solo contemplamos. Aplaudimos el espectáculo y reflexionamos preocupados en nuestra realidad. Al día de hoy, no contamos con siquiera un borrador de proyectos.

Lo más preocupante es que no existe lectura del futuro como consecuencia del presente. Y el día de hoy, para quienes llevan las riendas de nuestro fútbol, no necesita de mejoras; todo se está haciendo de maravillas. Cada academia trabaja para ganar un partido de sub 8 el fin de semana, porque eso significa que se está haciendo buen trabajo. En cada jornada de competencia, los niños de 9 años juegan en campos de fútbol profesional, 11c11, durante 15´ por tiempo: el niño en promedio, ¡y si tiene suerte!, toca el balón ¡una sola vez por partido!

Así se juega, sí. ¡Y se entrena peor! Los entrenadores que trabajamos en el fútbol de formación necesitamos ser capacitados y ampliar el bagaje de conocimientos que poseemos. Como con los belgas, conocer una batería de ejercicios no nos convierte en entrenadores, y menos en entrenadores formadores.

La realidad actual es preocupante, para nosotros. ¡Nos urge un programa capaz de llevarnos a mejores contextos de competitividad!

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