El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, consiguió este viernes que el primer ministro de Japón, Yoshihide Suga, abandonara su reticencia a criticar a China por sus acciones en Taiwán y en Xianjiang, un paso más en su pulso estratégico con Pekín.
Suga se convirtió en el primer líder al que Biden recibe en persona desde que llegó al poder en enero, en una muestra del interés de Washington de reforzar sus alianzas tradicionales en Asia para contrarrestar la pujanza de China.
«Vamos a trabajar juntos para demostrar que las democracias todavía pueden competir y conquistar el siglo XXI», afirmó Biden durante una rueda de prensa conjunta después del encuentro.
Democracias contra autocracias
El mandatario estadounidense trataba así de marcar un contraste con la «autocracia» de China, que se ha convertido en el desafío estratégico central de su política exterior.
«Estamos comprometidos a trabajar juntos para asumir los retos que presenta China, en temas como (las disputas territoriales en) el Mar de China Oriental, en el Mar de China Meridional; y también con respecto a Corea del Norte, para asegurar un Indopacífico libre y abierto», agregó Biden.
Suga añadió que habían tenido «conversaciones serias sobre la influencia de China sobre la paz y prosperidad del Indopacífico», un término impulsado por Estados Unidos para conceder un mayor papel a la India en sus planes de contener el auge militar y económico de Pekín.
Una mención clave a Taiwán
El primer ministro japonés aseguró además que coincidía con Biden en «la importancia de la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán», tras las recientes incursiones de aviones chinos en la zona.
A lo largo del último medio siglo, Japón ha evitado criticar la política china hacia Taiwán -al que Pekín considera como una provincia rebelde y no como un país independiente- para evitar una confrontación con el gigante asiático, con el que mantiene importantes lazos económicos.
La mención de Suga a Taiwán fue escueta pero significativa, y el líder japonés añadió que había hablado también con Biden sobre los presuntos abusos de derechos humanos de los uigures en la región noroccidental china de Xinjiang.