Ucrania, exrepública soviética, obtuvo su independencia después del colapso de la Unión Soviética, en 1991. Como siempre tuvo una marcada inclinación hacia las políticas de occidente, el gobierno ruso la considera una amenaza a sus intereses.
La última escalada de este conflicto entre Rusia y Ucrania se inició en febrero de 2014 y provocó la anexión de Crimea por parte de Rusia. Desde entonces, si bien el conflicto no ha finalizado, la intensidad del mismo había disminuido significativamente, hasta ahora.
Desde el cese (oficial) de las hostilidades, el conflicto entre estas dos naciones se circunscribió a los accesos al mar de Azov y al mar Negro, que son los mares que rodean a la península de Crimea.
Ahora, desde finales de marzo, videos viralizados mostraron un importante desplazamiento de tropas rusas hacia la región. El gobierno ruso no solo no negó el desplazamiento, sino que, Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, afirmó en conferencia de prensa que Rusia tiene el derecho de mover «sus fuerzas armadas dentro de su territorio a su discreción«, y que esto no debe preocupar a nadie porque no supone una amenaza para nadie.
Lo cierto y concreto, más allá del desplazamiento militar, es que el momento para el mismo no es antojadizo, y responde a los intereses del gobierno de Vladimir Putin en relación al posicionamiento ruso a nivel mundial. ¿Cuáles podrían ser las probables causas?
- El gobierno de Joe Biden (Quién afirmó que Putin es un asesino y pagará el precio) aún no se terminó de conformar, lo que demoraría cualquier respuesta por parte de los Estados Unidos.
- Las elecciones legislativas rusas de octubre, donde según algunos analistas Putin podría perder la mayoría en la Duma.
- Una razón desconocida hasta el momento. no es la primera vez que Putin realiza un movimiento distractivo, un movimiento impensado utilizado para ocultar otros planes.
La primera de estas posibles causales es la que debiera interesar. Primero porque es un movimiento destinado a medir la respuesta tanto de los EEUU como de Europa, lo que implicaría un abierto desafío a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), la fuerza militar conjunta más poderosa del planeta.
Además, implicaría un “avance” de las piezas en relación a los dichos de Joe Biden, al llamar a Putin un “Asesino” y estaría a su vez en consonancia con la respuesta del Kremlin: “Diré solamente que son unas muy malas declaraciones del presidente de Estados Unidos. Demuestran que no quiere mejorar las relaciones con nuestro país, y en adelante vamos a partir de ello», declaró el portavoz, Dmitri Peskov.
Un informe de perspectiva que publicó recientemente el Fondo Monetario Internacional (FMI) reconoce que los EEUU y China se dirigen a la cima del poder mundial, son las dos economías que más crecerán y con ello, claramente, su poder político, pero la debilidad de Joe Biden puede hacer que este escenario falle, Putin lo sabe y pretende ese espacio para Rusia.
Todos los gobiernos de las potencias económicas vienen esgrimiendo, de unos años a esta parte, un discurso basado en la soberanía nacional: “América Primero”, inició Donald Trump, “Gran Bretaña primero” afirmaron los adeptos al Brexit o “Francia Primero” como argumenta Marine Le Pen, tal vez la próxima presidente de Francia.
Rusia está lista para una invasión a gran escala en Ucrania y ésta debe hacerse (según la óptica rusa, obviamente) antes de la incorporación de este país a la OTAN, que entonces se vería obligada a pelear contra Rusia, ya que una de las cláusulas del tratado imponen que la agresión a uno de los miembros, es una agresión a cada uno de los miembros.
La batalla que toca presenciar ahora es entre dos modelos muy diferentes de integración, uno es internacionalista y multilateral y el otro bilateral y claramente imperialista.