“…Desesperada, porque ya no sé, dónde está mi sueño, ni por qué se fue, no tengo a donde ir…” “…Tengo que escapar al fin de ti..”; cantaba la española Marta Sánchez hace ya algunos años. La canción rezaba acerca de un amor acabado y la desesperación que le genera el encontrarse, de pronto, sola en el mundo.
Misma situación está viviendo el actual senador “mau” Rodolfo Friedmann, quien de un día para el otro se encontró solo, desesperado y sin lugar a donde buscar refugio. Está despechado y comenzó a atacar a diestra y siniestra a quienes, finalmente, serán sus jueces y verdugos en menos de una semana.
La última “víctima” de sus ataques es el senador Enrique Riera, a quien acusa de toda clase de delitos pero, obviamente, lo hace a través de las redes sociales y no donde debería hacerlo, la justicia.
Claramente, la estrategia (si caso podemos darle ese nombre), es una respuesta al pedido realizado por el senador Riera para que, más allá de desaforar al ex Ministro de Agricultura, se le quite la investidura del cargo usurpado y desde la llanura se someta a la justicia por los delitos aparentemente cometidos.