Chile celebró este domingo unas elecciones presidenciales y parlamentarias marcadas por una profunda polarización política, con el oficialismo —representado por la candidata de izquierda Jeannette Jara— enfrentándose a un abanico de siete aspirantes que buscan llegar a La Moneda. La jornada transcurrió con alta expectativa nacional e internacional, dado que el país atraviesa uno de los momentos más tensos de su debate político desde el estallido social de 2019.
De acuerdo con los datos oficiales provisorios, con más del 50 % de las mesas escrutadas, la candidata oficialista Jeannette Jara encabeza la votación con 26,29 % de los sufragios. En segundo lugar se ubica el líder de derecha, José Antonio Kast, quien alcanza el 24,66 %, consolidándose como el principal rival del oficialismo y garantizando un escenario sumamente competitivo.
Las cifras confirman las proyecciones iniciales, que ya anticipaban una contienda reñida entre Jara y Kast. En los primeros sondeos del día, la candidata del Gobierno aparecía ligeramente por encima del 26 %, seguida muy de cerca por el postulante conservador, que rondaba el 25 %. Con el escrutinio avanzado, la tendencia continúa marcada por una diferencia mínima entre ambos.
En Chile, para ganar en primera vuelta es necesario superar el 50 % más uno de los votos válidos. Dado que ninguno de los candidatos se acerca a ese umbral, todo indica que habrá segunda vuelta el próximo 14 de diciembre, donde se definirá quién gobernará Chile durante los próximos cuatro años.
El balotaje enfrentará a dos modelos políticos opuestos: por un lado, la continuidad del proyecto de izquierda impulsado por el oficialismo; por otro, la propuesta de orden, seguridad y reformas liberales defendida por Kast. La campaña que se inicia promete ser una de las más intensas y polarizadas de la historia reciente chilena.




