El Instituto de Biotecnología Agrícola (INBIO) presentó avances de una línea de investigación que podría marcar un antes y un después para la producción sojera nacional: lograr mayores rendimientos en suelos ácidos y con baja disponibilidad de fósforo, condiciones que tradicionalmente limitan el potencial productivo de este cultivo clave para el país.
La iniciativa se desarrolla en el marco del Programa de Fitomejoramiento de Soja, que busca identificar materiales genéticos capaces de adaptarse a ambientes con restricciones nutricionales y edáficas, con el objetivo de ampliar las posibilidades productivas de zonas consideradas marginales.
Un desafío agronómico de larga data
En Paraguay, una proporción importante de los suelos agrícolas presenta niveles reducidos de fósforo disponible, además de distintos grados de acidez, factores que afectan directamente la productividad de la soja. En este tipo de suelos, la absorción del nutriente es deficiente, incluso con la aplicación de fertilizantes, lo que eleva los costos y reduce la eficiencia.
Los ensayos realizados por INBIO apuntan a revertir esta ecuación mediante el uso de variedades con mejor adaptación a estas condiciones y estrategias de manejo más eficientes, reduciendo así la dependencia de insumos costosos sin comprometer la productividad.
Avances en la investigación
De acuerdo con el informe técnico, se están evaluando diferentes genotipos de soja en ambientes controlados y en parcelas experimentales de campo, con el objetivo de identificar aquellos que logren un mejor aprovechamiento del fósforo disponible en suelos con bajos niveles de este nutriente.
Los resultados preliminares muestran que algunos materiales presentan un desempeño superior en términos de desarrollo radicular y capacidad de absorción, lo que podría traducirse en rendimientos más estables y altos, incluso en suelos con condiciones limitantes.
Impacto potencial para la agricultura paraguaya
Si los resultados se confirman a gran escala, esta línea de trabajo podría abrir nuevas oportunidades productivas, especialmente para pequeños y medianos productores, que muchas veces no tienen acceso a programas intensivos de fertilización. Además, permitiría un uso más racional de los fertilizantes, contribuyendo a una producción más sostenible y competitiva.
La investigación también se alinea con los esfuerzos por mejorar la resiliencia del sistema agrícola nacional, ante la creciente presión sobre los costos de producción y la necesidad de aprovechar mejor los recursos disponibles.
Un paso estratégico
Con estas investigaciones, INBIO refuerza su rol como referente en innovación tecnológica aplicada al agro paraguayo. Al enfocarse en problemas estructurales como la acidez del suelo y la baja disponibilidad de fósforo, el instituto apuesta por soluciones de largo plazo, basadas en ciencia y adaptación local, que podrían fortalecer significativamente la competitividad de la soja paraguaya en los próximos años.