En un país con serios problemas estructurales, donde la salud pública debe mejorar y la seguridad es cada vez más frágil, los legisladores siguen encontrando tiempo para aprobar leyes que, en lugar de solucionar problemas reales, solo aumentan el peso del Estado sobre los contribuyentes.
La diputada colorada Rocío Abed celebró la entrada en vigencia de la Ley “De provisión gratuita de productos de gestión menstrual”, una normativa que obliga al Ministerio de Salud Pública a distribuir gratuitamente toallitas higiénicas en instituciones educativas públicas, cárceles de mujeres y refugios. El problema no es la asistencia en sí, sino la lógica detrás de estas iniciativas: la constante expansión del Estado con programas que, lejos de resolver problemas de fondo, solo generan más burocracia y más gasto público.
¿De dónde saldrá el dinero para este nuevo programa? Evidentemente, de los impuestos que cada ciudadano paga. Pero, para los políticos siempre es más fácil aprobar leyes «populares» que enfrentarse a los problemas de fondo.
Si la intención es ayudar a quienes lo necesitan, la solución no debería ser agrandar aún más un Estado ineficiente, sino fomentar el desarrollo económico y generar oportunidades reales para que las personas puedan acceder a estos productos sin depender de la beneficencia estatal. En lugar de leyes que solo sirven para inflar la burocracia, Paraguay necesita políticas que reduzcan la carga sobre los ciudadanos y promuevan una verdadera independencia económica.