Israel y el grupo terrorista Hamas han alcanzado un acuerdo de cese al fuego que podría marcar un punto de inflexión en el prolongado conflicto en Gaza. Mediadores internacionales anunciaron este miércoles el pacto, que incluye la liberación gradual de decenas de rehenes secuestrados por Hamas y la excarcelación de cientos de prisioneros palestinos en cárceles israelíes.
El acuerdo, resultado de semanas de intensas negociaciones en Doha, contempla también medidas humanitarias urgentes, como el retorno de cientos de miles de desplazados internos en Gaza a lo que queda de sus hogares y la facilitación del ingreso de ayuda humanitaria al territorio, devastado por años de conflicto. Sin embargo, el pacto inicial, que prevé un alto al fuego de seis semanas, necesita la aprobación del gabinete israelí liderado por el primer ministro Benjamin Netanyahu. Se espera que entre en vigor en los próximos días.
Durante esta tregua, 33 de los cerca de 100 rehenes capturados por Hamas en octubre de 2023 serán liberados y se reunirán con sus familias. A pesar de este avance, persisten interrogantes sobre la situación de los demás cautivos, incluyendo su estado de salud y paradero.
El cese al fuego también ofrece una oportunidad para iniciar negociaciones encaminadas a un fin definitivo del conflicto. Aunque las partes enfrentan profundos desacuerdos y una desconfianza mutua, el acuerdo simboliza un esfuerzo por reducir la violencia y aliviar el sufrimiento de las comunidades afectadas.
Observadores internacionales han expresado cautela ante los retos logísticos y políticos que supone implementar el pacto, pero también reconocen que representa un rayo de esperanza en un conflicto caracterizado por su complejidad y persistencia. La comunidad internacional seguirá de cerca el desarrollo de los acontecimientos y la aplicación de las medidas acordadas.