Antes de empezar este humilde análisis histórico, sobre uno de los acontecimientos más sonados de la democracia paraguaya, aclarando que se rinde homenaje a los heroicos patriotas que defendieron lo que creían era la democracia, poco antes obtenida, de forma dudosa, pero espiritualmente aceptada.
Corresponde hacer un breve relato de que fue lo que sucedió ese mes de marzo en nuestro país y que presuntamente representa.
El Marzo paraguayo fue una crisis política acaecida en Paraguay, hacia finales de marzo del año 1999, por causa del asesinato del entonces vicepresidente Luis María Argaña supuestamente por parte de un comando paramilitar, el 23 de marzo de 1999. De este hecho la oposición responsabilizó inicialmente al presidente de ese momento, Raúl Cubas Grau y también al exgeneral y hombre fuerte de la política paraguaya de ese entonces Lino Oviedo, como autores intelectuales.
El magnicidio de Argaña provocó una serie de manifestaciones de opositores y adherentes a Oviedo y al gobierno de Cubas -coincidentemente también se sumaron integrantes de la ‘Marcha Campesina’, quienes se encontraban en Asunción-. Se calcula que más de 10 000 personas se manifestaron en las plazas ubicadas frente al entonces Congreso Nacional, en Asunción del Paraguay. Posteriormente, se desembocó en una masacre en la que murieron 8 manifestantes -la mayoría contrarios al gobierno de ese momento-, y hubo más de 700 heridos de diversa gravedad (de los cuales 92 de ellos fueron heridos por armas de fuego), lo cual condujo a la renuncia del presidente Cubas, quien apenas llevaba siete meses en el poder. Debido a la renuncia del presidente Raúl Cubas, y al asesinato del vicepresidente Luis María Argaña, asume como presidente de la República el entonces presidente del Congreso, Luis Ángel González Macchi.
La gran repercusión que causaron todos estos acontecimientos desembocó en catalogar este evento como una epopeya en la defensa de la democracia por parte del pueblo, cosa incuestionable en relación a la intención de los partícipes de esta magna gesta; pero al analizar a los protagonistas de los mismos, todos tiene una historia por detrás que condicionan ese momento, pero por sobre todo el futuro de la democracia paraguaya, así también vemos que si bien el espíritu democrático y patriótico es real, los motivadores, las elites políticas, y el uso posterior que se le dio a este hecho, no son ni democrático ni patrióticos.
Así comenzamos con un poco de la historia previa al suceso y de los personajes que lo integran, entiéndase, Rodríguez, Wasmosy, Lino Oviedo, Argaña, Raúl Cubas y demás.
Principios de los 90 y de la democracia paraguaya.
En diciembre del año 1991 se realizaron las elecciones para la Convención Nacional constituyente. El partido Colorado, “en función de Gobierno” demostró haber aprendido la lección, ante la perdida de los comicios municipales, meses antes, en municipios clave como lo es Asunción, este apelo a una lista unificada y un eslogan simple, pero directo y contundente, para con su base electoral, el funcionariado público, dicha frase es “No patee contra su olla”, ganando así abrumadoramente los comicios. Pero atomizados en distintos grupos los colorados prefirieron un Ejecutivo débil y un legislativo supremo, con el fin de que nadie quede en la llanura a la que desterraron a Stroeesner.
Con esta constitución pasamos a las elecciones del 91, donde el presidente Rodríguez (consuegro de Stroessner y quien lo defenestro) y sus adherentes optaron por el outsider y exliberal, Juan Carlos Wasmosy, para ser candidato a la presidencia por su facción en el partido colorado. Wamosy era una figura prominente de la burguesía surgida a la sombra del sistema stronista. Por su parte también se candidataría el Dr. Luis María Argaña, quien formó parte del grupo político que participó en la dictadura militar de Alfredo Stroessner desde 1954 en el Paraguay, siendo congresista entre 1963 y 1983 y convencional constituyente en 1967 y 1977, Presidente de la Corte Suprema de Justicia entre 1983 y 1988 y Canciller Nacional durante este periodo, aparecía como el referente político de mayor peso de los sectores desplazados del stronismo militante, aglutinando a los sectores más stronistas y autoritarios del partido colorado, desarrollando un discurso básicamente conservador. En este contexto también aparece el coronel Lino Oviedo quien surgía como el militar de mayor poderío, habiendo participado del derrocamiento de Stroessner, que aspiraba a la sucesión en la presidencia del general Rodríguez, siendo su hombre fuerte dentro de la milicia.
En las internas coloradas del 92, según observadores independientes, el vencedor fue Argaña por estrecho margen, hecho reconocido públicamente por el exsenador Galaverna en el año 2008, uno de los operadores principales de Wasmosy. Sin embargo, la toma del edificio partidario por el ya general Oviedo y el secuestro de las actas de escrutinio permitieron que el tribunal declara ganador a Wasmosy.
Continuando con la historia, despues de una controvertida elección general ese mismo año del 92, que fue zanjada por el expresidente de los EEUU, Jimmy Carter, la oposición reconoció la victoria de Wasmosy.
Pasando al débil gobierno de Wasmosy, en el año 1996, el 22 de abril, luego de numerosas idas y venidas con su principal aliado militar, Lino Cesar Oviedo, quien pretendía gobernar desde las sombras, Wasmosy lo destituye a Oviedo, en ese entonces comandante de ejército, a lo cual este se niega a acatar la orden, atrincherándose en su comando, acompañado de un gran número de generales, momento en que este, a través de un pronunciamiento emplazo al presidente Wasmosy para que renunciara, o lo destituirían por la fuerza, amenaza nada desdeñable teniendo Oviedo a su disposición gran parte de las fuerzas armadas. Esto ocasiono que Wasmosy estuviese asilado políticamente un tiempo en la embajada norteamericana, a la vez que el Congreso en pleno, manteniéndose así mientras dure la crisis, se pronunció en apoyo del presidente Wasmosy, como así también lo hicieron la comunidad internacional y la OEA. La crisis termino al día siguiente con la derrota de Oviedo, a quien sorpresivamente Wasmosy le ofreció el Ministerio de Defensa, cosa que la población rechazo enérgicamente, obligándolo a cambiar la decisión.
Esto provoco el final de la carrera militar de Oviedo, pero su levantamiento contra un gobierno impopular le dio una plataforma para un proyecto político que posteriormente aprovechara. Cabe mencionar que el apoyo del congreso a Wasmosy le valió la animadversión de la población.
Habiendo abonado de contexto nuestro relato y pasando ya al año donde inicia nuestra cuestión, dado que en puridad la democracia comienza en el 98, pasada (supuestamente) la etapa de transición. Luis Argaña se vuelve a presentar para las elecciones internas del partido colorado aspirando a la presidencia en el año 98, teniendo como candidato a vicepresidente a un joven Nicanor Duartes Frutos, así también lo hace Lino Oviedo, quien a través de chicanas judiciales venia eludiendo el veredicto de la Justicia por su intento de golpe en el 96, el que sería su numero dos fue Raúl Cubas Grau.
Las internas se desarrollaron en diciembre del 97, dando como ganador a Oviedo, sobre quien aun pesaba un proceso judicial, pero que al este apelar la sentencia del tribunal militar ante la Corte Suprema de Justicia, en marzo del 98 la corte le deniega su apelación, confirmando la prisión dictada por la justicia militar, quedando inhabilitado como candidato presidencial. Siguiendo la ley electoral se lo reemplazo por su candidato vicepresidente, Raúl Cubas, asumiendo este el rol a candidato a presidente y promoviendo a candidato a vice a Argaña, formando la dupla Cubas-Argaña. Oviedo desde prisión, exhorto por votar a esta formula con la frase “TU VOTO VALE DOBLE”, en alusión a que una vez en el poder Cubas lo indultaría.
Ganando esta dupla las elecciones y con mayoría en ambas cámaras, lo que no se esperaría Cubas seria que los argañistas se unirían a la oposición, permitiendo que sus candidatos controlaran las mesas directivas, alianza que se fue consolidando a la par que era cada vez más notorio que el que gobernaba era Oviedo desde la cárcel. A fines del 98 Cubas conmuto la pena de Oviedo, siendo esta rechazada por la fuerte oposición de la corte suprema, quien ordeno el regreso a prisión de Oviedo y declarándolo prófugo, orden que Cubas se negó a acatar, dando pie a una lucha entre Oviedo y Cubas por un lado y el Congreso (comandado por la alianza oposición-argaña) y la Corte Suprema de Justicia de donde argaña había sido presidente.
Agudizado el conflicto esto derivo en un juicio político contra el presidente Cubas, pero antes de que se pronunciara la sentencia, se produjo el asesinato de quien hubiese sido su remplazo por línea sucesoria, el vicepresidente Argaña. Habiendo la mayoría del pueblo considerado que los autores intelectuales habían sido Cubas y Oviedo se volcaron a las calles en protesta y defensa de la democracia, exigiendo la destitución de Cubas. A lo cual francotiradores en edificios cercanos al Congreso dispararon a los manifestantes y causaron nueve bajas y centenas de heridos. Ante esto y las presiones internacionales Cubas renuncia, huyendo a la Argentina pidiendo asilo político. Asumiendo, en consecuencias, según la línea sucesoria el colorado Luis González Macchi, en ese entonces presidente del Senado y del Congreso. Lo que desemboco en un poder ejecutivo aun débil, no electo por el pueblo, donde las facciones del partido colorado se enfrentaban por el poder. Al poco tiempo el PLRA, al no ver cumplida sus exigencias se desentiende del gobierno y le alía con los oviedistas, quienes gradualmente recuperaban su poder con un aliado poderoso.
Ante lo acontecido con el magnicidio y por las reglas electorales se debía elegir un vicepresidente, la ANR postulo a uno de los hijos del finado Argaña, el concejal Feliz Argaña, quien, de ganar, los observadores especulaban que González Macchi seria obligado a renunciar, accediendo Argaña a la primera magistratura, y por la oposición se presento Julio Cesar Franco, quien según los observadores utilizaría el juicio político para hacerse con la presidencia. Habiendo ganado las elecciones Franco no fue capaz de generar las condiciones para el mencionado juicio.
Ahora en las elecciones del 2003, siguiendo con la continuidad hegemónica de la ANR, en parte por su estructura y su capacidad de adaptación impresionante y por otra por la absoluta desunión e incapacidad de los partidos opositores, muchas veces parte del mismo esquema hegemónico para legitimarlo, el partido colorado, ya sin Argaña y con la expulsión de Oviedo, quien junto a sus seguidores oviedistas fundaron UNACE, dejarían al candidato a vicepresidente de Argaña, Nicanor Duarte Frutos, como el único líder con proyección nacional.
Habiendo ganado Nicanor las elecciones y sin rivales partidarios de peso, pudo mantener una hegemonía dentro del partido de gobierno, y se volcó a acumular poder personal a fin de plantear una reforma constitucional con miras a la reelección. Para poder lograr este objetivo, reorganizo la ANR siguiendo la misma lógica que el stronismo, imponiendo un énfasis superlativo a la partidización de la administración pública, incremento la discrecionalidad en el manejo y acceso a los recursos públicos, en especial la Eby e Itaipu; implemento un discurso social ideológico afín al socialismo del siglo xxi, instauro un sistema de exclusión al interior del partido, donde solo los afines al presidente tienen acceso a cargos de relevancia (o estas conmigo o en mi contra), a más de someter al poder judicial y al ministerio publico a su designio político como lo demuestran declaraciones, extraídas de la sentencia contra el Paraguay de la CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS CASO RÍOS AVALOS Y OTRO VS. PARAGUAY SENTENCIA DE 19 DE AGOSTO DE 2021, como esta: el 6 de septiembre de 2003 el entonces Presidente de la República, por su propio peso institucional y atendiendo al respaldo con que contaba en el Poder Legislativo, según notas de prensa, emitió un discurso en la localidad de Santa Rosa del Aguaray, departamento de San Pedro, en el que se refirió al Poder Judicial. La información periodística indicó lo siguiente: Duarte Frutos señaló que llegó a la Presidencia de la República para lograr que haya justicia para todos y terminar con “la justicia que cierra sus ojos frente a los patrones [,] a los poderosos y abre sus ojos y echa la ley implacable contra los pobres y los desheredados de la Patria”. En medio de un cerrado aplauso de los cientos de campesinos que asistieron al acto, el mandatario advirtió en un tono enfático que va a cambiar la justicia “y si hace falta vamos a pulverizar un Poder Judicial corrupto, que no quiera adecuarse a los sueños y a los deseos del pueblo paraguayo… “, cosa que a la larga desembocó en el juicio político y remoción de los ministros Bonifacio Ríos Avalos y Carlos Fernández Gadea y cosa que posteriormente cercenaría la función de poder judicial en cuanto a su capacidad de control del legislativo y su producción de leyes por medio de la acción de inconstitucionalidad, siendo desde ese momento inter-partes en lugar de erga omnes, teniendo como norte los intereses políticos de turno y no los principios constitucionales del derecho, con las consecuencias derivadas de esta disminución de control, en lo que refiera al equilibrio y reciproco control de los poderes consagrando la supremacía del legislativo y la sumisión del judicial a este, creando de facto una dictadura parlamentaria.
Llegando así al fin de este relato, y con las explicaciones dadas, los contextos otorgados y presentados los perfiles y acciones de los protagonistas que fueron el centro de la cuestión que suscito el marzo paraguayo, cabe la pregunta: ¿por más pura y bien intencionada que haya sido la manifestación, reconociendo y enalteciendo a quienes dieron la vida y el cuerpo por lo que creían justo, sirvió para algo más que un recuerdo hermoso donde el Paraguay se levantó? Ahora conociendo los acontecimientos previos, entiéndase Argaña fue parte medular del periodo stronista, su sustento político provenía del stronismo, a más que fue candidato a vicepresidente en situaciones dudosas en el 98 y al acceder al poder orquesto una alianza para poder hacerse con el cargo principal, por otra parte Oviedo, hombre fuerte de Rodríguez, quien fuera consuegro de Stroessner y de quien esperaba ser sucesor en la presidencia, y al no lograrlo pretender gobernar en las sombras durante el periodo de Wasmosy, resguardado en la fineza que este le debía por las internas del 92 y al no poder hacerlo ejecutar el intento de golpe de 96, ganando el derecho a la candidatura presidencial en el 98 y perdiéndola por la justicia; los acontecimientos tras bambalinas, como las maquinaciones internas dentro del congreso para promover el juicio político por parte Argaña para deponer a Cubas, los planes de Oviedo y la liberación de este por parte de Cubas, la negativa de la corte a la conmutación de la pena, el desacato de ambos y el posterior posible enfrentamiento a un juicio político, por parte Cubas, que resulto cancelado por el asesinato de Argaña; mucho menos podrían imaginar los efectos futuros, dando continuidad a un modelo que volvió a concentrar gran cantidad de los poderes en el Tendota momentáneamente y otorgarle aún más poder a un ya omnímodo poder legislativo frente a un cercenado poder judicial.
Cabe recalcar todos estos hechos se dieron entre las facciones políticas más poderosas del momento por el mando del país, facciones muy distantes del sentimiento patrio que luego del atentado llevo al pueblo a exigir justicia y defender la democracia, obteniendo a cambio la continuidad del mismo modelo con los mismos actores, pero en roles diferentes, aprovechándose en sus discursos de las gestas del bravío y patriota pueblo paraguayo, en beneficio propio.
¿Fue por este Paraguay por el que dieron la vida y el cuerpo esos jóvenes o solo fueron carne de cañón en una disputa entre oligarcas que terminaron ganando los políticos a través de la manipulación del patriotismo?