Este domingo, los agricultores franceses retomaron sus manifestaciones con fuerza y varias columnas de tractores iniciaron una marcha en dirección a París con el objetivo de bloquear la capital, si el Gobierno no responde a sus demandas.
Convocados por el sindicato Coordinación Rural (CR), la segunda asociación profesional más importante de Francia y conocida por su postura más radical en comparación con la mayoritaria FNSA, los manifestantes buscan visibilizar su descontento frente a lo que consideran una falta de acción estructural en favor del sector.
Los motivos de las protestas
Uno de los principales reclamos de los agricultores se centra en el acuerdo comercial entre la Unión Europea (UE) y el Mercado Común del Sur (Mercosur). Argumentan que este convenio facilita la entrada de productos agrícolas sudamericanos que no cumplen con los estrictos estándares europeos en cuanto a regulaciones ambientales y laborales, generando una competencia desleal. Los productores locales consideran que este acuerdo pone en riesgo la soberanía alimentaria de Francia y la sustentabilidad de la agricultura nacional.
A esto se suman las dificultades históricas que enfrenta el sector, como los bajos precios de los productos agrícolas, los altos costos de producción (insumos, combustibles, maquinaria) y las regulaciones medioambientales, que aunque necesarias, aumentan la carga económica para los agricultores.
Antecedentes recientes
Hace un año, los agricultores franceses llevaron a cabo una serie de manifestaciones similares. En ese momento, el Gobierno del entonces primer ministro Gabriel Attal logró calmar las protestas mediante una serie de medidas de urgencia que incluyeron subsidios temporales y promesas de revisión de políticas agrícolas. Sin embargo, los líderes sindicales afirman que estas acciones fueron insuficientes y no resolvieron los problemas estructurales que afectan al sector.
Acciones planificadas
Con el uso de tractores como símbolo de resistencia y herramienta de presión, las columnas de agricultores buscan paralizar las rutas clave hacia la capital. Este tipo de movilización tiene un fuerte impacto logístico y mediático, generando una tensión considerable para el Gobierno del presidente Emmanuel Macron.
Las protestas prometen intensificarse en los próximos días, mientras las columnas de tractores se acercan a París. El desenlace de esta situación podría definir no solo el futuro de las políticas agrícolas francesas, sino también el grado de tensión entre los intereses nacionales y las estrategias globales de la Unión Europea.