Surgen cuestionamientos sobre vínculos entre la universidad paraguaya y una institución estadounidense
La Universidad Politécnica y Artística del Paraguay (UPAP) se encuentra en el centro de una controversia que levanta serias preocupaciones sobre su diligencia institucional y transparencia académica. La institución, que debería ser garante de la calidad educativa de sus estudiantes, aparentemente omitió verificaciones fundamentales antes de establecer convenios internacionales.
Más preocupante aún resultan los rumores cada vez más insistentes sobre una posible participación accionaria de directivos de la UPAP en la institución estadounidense con la que mantienen convenios. Esta situación, de confirmarse, no solo representaría un grave conflicto de intereses, sino que podría constituir una falta ética en la gestión educativa.
En este sentido, es necesario señalar que Miami Technology and Arts University, una universidad con sede en los Estados Unidos está ofreciendo programas en Paraguay a través de un convenio con la UPAP. Sin embargo, esta institución estadounidense no cuenta con acreditación oficial en su país de origen, operando únicamente con una licencia estatal de operación. Esto significa que los títulos ofrecidos bajo este convenio no tienen validez académica ni profesional a nivel nacional ni internacional.
Esta colaboración entre ambas instituciones implica la promoción de títulos supuestamente válidos de los Estados Unidos, pero que carecen de la acreditación necesaria, lo que podría inducir a error a los estudiantes paraguayos que buscan oportunidades educativas legítimas y reconocidas. Además, los costos de estos programas son extremadamente altos, y se promocionan con estrategias que pueden confundir a los interesados, haciéndoles creer que están obteniendo un título internacional con reconocimiento global.
Falta de cumplimiento normativo y fraude académico
Resulta alarmante que la UPAP opere al margen de las regulaciones establecidas por el Consejo Nacional de Educación Superior (CONES), exponiendo a sus estudiantes a potenciales situaciones de fraude académico. La normativa vigente exige que todas las instituciones de educación superior registren y validen sus convenios ante el CONES, una medida esencial para garantizar la transparencia y la calidad de los programas ofrecidos. Sin embargo, algunas universidades, incluida la UPAP, continúan ignorando estos lineamientos.
Esta falta de diligencia institucional no solo viola las regulaciones vigentes, sino que también compromete el futuro profesional de cientos de jóvenes paraguayos que confían e invierten en su educación superior. La negligencia de la UPAP al establecer este convenio con una universidad no acreditada pone en riesgo la credibilidad del sistema educativo paraguayo y expone a sus estudiantes a pérdidas económicas y profesionales irreparables.
¿Cómo verificar la validez de una institución académica?
Para garantizar que una universidad esté debidamente acreditada, se recomienda consultar las siguientes fuentes oficiales en los Estados Unidos:
Department of Education (DOE): www.ed.gov
Council for Higher Education Accreditation (CHEA): www.chea.org
Estas plataformas permiten verificar si una institución cuenta con la acreditación oficial requerida para operar y emitir títulos válidos. En el caso de Miami Technology and Arts University, esta no figura entre las instituciones acreditadas en los Estados Unidos, lo que debería ser una señal de advertencia para todos los potenciales estudiantes.
Es imperativo que las autoridades pertinentes investiguen a fondo los vínculos entre la UPAP y Miami Technology and Arts University. De confirmarse las irregularidades, tanto el CONES como el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) deben actuar con firmeza para sancionar estas prácticas y proteger a los estudiantes paraguayos.
La educación es una inversión clave en el futuro, y los jóvenes paraguayos merecen instituciones que operen con integridad, respeten las normativas establecidas y ofrezcan programas que realmente respalden su desarrollo profesional. No podemos permitir que convenios dudosos y posibles conflictos de interés comprometan la calidad de la educación superior en nuestro país.