Cosas vederes, Sancho. Son tiempos extraños. Inesperadas mutaciones ideológicas y de opinión se suceden forzadas por intereses corporativos. El velo de la hipocresía se descorre y asoma el rostro perverso y descarado del cinismo, y lo que antes se hacía en algún rincón, se proclama hoy desde los tejados. Cambiar de opinión es un derecho humano, pero lo que no es un derecho humano es el derecho a mentir, porque la verdad es un imperativo moral.
Ayer periodistas hegemónicos desprestigiaban sistemáticamente al Presidente Santiago Peña llamándolo “títere”; hoy posan escandalizados porque un senador sugirió, que acaso al presidente, como a cualquier otro ser humano, se le pueden deslizar “boludeces”. Ayer fanáticamente antipeñistas; hoy peñistas demás. Cosas vederes, Sancho.
Analistas conocidamente estatistas, que hasta anoche exigían un Estado interventor incluso en las relaciones de cama para garantizar un supuesto “derecho a ser”, en ayunas hoy se declaran rabiosos libertarios y advierten los peligros del avance estatal sobre pretensas “organizaciones privadas filantrópicas”. Cosas vederes, Sancho.
Una senadora socialista que apoya públicamente a Maduro y a su tiranía y es fan del régimen de Partido Único de la totalitaria China comunista, con cara de desesperanza declara en medios de prensa progresistas que está muy preocupada por la democracia y la libertad. Cosas vederes, Sancho.
Periodistas ateos que “se cagan en la Iglesia Católica” glorifican a una monja católica que hace décadas apoya a Alcohólicos Anónimos utilizando métodos espirituales, ¿Por qué será? Cosas vederes, Sancho.
Un senador progresista, ex ministro del interior, cuya nucleación política se encuentra afiliada a la Internacional Socialista gritando fuera de quicio en sesión que “el Estado liberal” está en riesgo. Cosas vederes, Sancho.
Libertarios _ del único partido libertario del país_ defendiendo el derecho de ONGs declaradamente zurdas de recibir millones de dólares de “cooperación internacional” para inyectar odio en la sociedad, destruir el Estado y realizar el comunismo ¿Por qué? Porque hay que destruir el Estado, dice el libertario. Cosas vederes, Sancho.
¿Organizaciones representantes de la sociedad civil que no quieren que la sociedad civil sepa en qué gastan los fondos de cooperación internacional que carretean para supuestamente ayudar a la misma sociedad civil? Cosas vederes, Sancho.
Un embajador multicolor participando de marchas políticas en las calles de Asunción varias veces al año violando así la Convención de Viena y actuando como político local. Cosas vederes, Sancho.
Una senadora aristocrática liberal amenazando con una insurgencia popular violenta para quemar el Congreso porque a ella no le gusta el resultado del juego democrático de sus deliberaciones. Cosas vederes, Sancho.
Socialistas y comunistas muy preocupados por perder acceso al mercado del capital que facilita el “investment grade” (grado de inversión) debido a una ley de transparencia de las ONGs. Cosas vederes, Sancho.
Una colombiana desconocida, zurda relatora de la ONU, que apoya a su presidente borracho y ex guerrillero terrorista del M-19, exigiendo un Presidente de otro país _del Paraguay_ que vete una ley discutida y sancionada por el congreso de aquel país. Cosas vederes, Sancho.
Cosas vederes, Sancho. Somos como Dios nos hizo y hasta peor, decía el Quijote, y no suele ser infrecuente que cuando los intereses están en contra de la lógica más pura y elemental los seres humanos tuerzan las leyes de la lógica, todo por mantener sus intereses. No pierdan su capacidad de asombro, cosas vederes.