La reciente ola de victorias nacionalistas en las elecciones al Parlamento Europeo ha generado una profunda inquietud entre las organizaciones no gubernamentales (ONG) ambientalistas.
Con la creciente influencia de partidos que priorizan políticas nacionalistas y de soberanía estatal, surgen temores sobre el futuro de las “políticas ambientales” financiadas por la Unión Europea.
Algunas ONG como WWF expresaron su preocupación. Ester Asín, directora de la oficina de política europea de WWF expresó que “Los líderes de la UE y los eurodiputados recién elegidos deben reconocer que ignorar las acuciantes amenazas del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación no hará sino exacerbar los problemas a los que se enfrentan los europeos”.
También, Clara Méndez, portavoz de Greenpeace Europa afirmó que «Estamos ante un posible retroceso de décadas en políticas ambientales».
Las fuerzas políticas nacionalistas suelen priorizar la redistribución de recursos hacia políticas internas, lo que podría traducirse en menos apoyo financiero para iniciativas ecológicas del tipo del “Pacto Verde”.
¿Qué es el pacto verde?
El “Pacto Verde” consiste en un conjunto de leyes ecológicas que abarca múltiples sectores como la energía, la industria, los transportes y la agricultura. Este paquete legislativo prevé, por ejemplo, acabar con la venta de automóviles térmicos a partir de 2035.
Desde la implementación del “Pacto Verde”, la economía del sector agropecuario de Europa se vio seriamente dañada y provocó muchas y muy grandes protestas, al punto que la misma Úrsula Von der Leyen afirmó que «deberíamos prestar atención a la capacidad de absorción de estos cambios por parte de la economía europea».
Más allá de los discursos y las declaraciones rimbombantes, la mayor preocupación es la posible reducción de fondos destinados, supuestamente, a proyectos ambientales y de sostenibilidad.